SAGA TABÚ 1 : INSACIABLE [+21]

VEINTIOCHO

[MARATÓN SORPRESA 9/12]

"Entre pensamientos"

La pequeña sonrisa en mis labios parecía no querer desaparecer, aún a pesar de ya haberme despedido de Levian y encontrarme a punto de adentrarme a mi apartamento.

Intenté darme los ánimos necesarios para cruzar la puerta y recibir lo que tuviera que recibir de mi madre, pero para mi sorpresa, lo único que me recibió nada más entrar por la puerta, fue un sepulcral silencio.

Extrañada, encendí la luz por la poca claridad que el atardecer me ofrecía, esperando ver el rastro de mi madre por alguna parte.

Pero nada, la mujer por la que muchas veces alargaba mis idas a mi hogar, no estaba.

Mejor para mí...

Supuse, al colgar mi bolso en el perchero de la entrada, aliviada de no obtener su bombardeo constante de críticas o preguntas incomodas.

Me descalcé al adentrarme en mi habitación, tras coger mi móvil del interior de mi bolsito y soltarlo despreocupadamente sobre el colchón de mi cama -aún desecha-.

Hacia tanto tiempo que no obtenía la paz entre esas paredes que se me hacía raro, casi dejándome en un estado de constante alerta para ver en que momento mi madre aparecería.

Y se podía percibir al detener cada dos por tres el accionar de despojarme de la ropa, para simplemente atender si la escuchaba volver.

Con la incertidumbre de no saber que la habría sacado por tanto tiempo de mi casa, me adentre al baño, necesitada de una ducha que aliviara las tensiones en mi cuerpo, así como despojarme del morbo por lo llevado a cabo apenas hacía unas horas, sobre el regazo de Levian.

Una parte de mí, odiaba tener que ducharme, quitarme la fragancia varonil de Levian que impregnaba mi cuerpo. Aún así debía hacerlo, debía reponerme, antes de que la culpa volviera a macharme y llamarme de la forma en la que mi subconsciente realmente me definía.

Había luchado tantas veces por no ser lo que mi madre tanto quería que fuera, para haber terminado cayendo en algo mucho menos políticamente correcto, rodeada de depredadores que parecían no querer dejarme salir del circulo que poco a poco iban formando a mi alrededor.

Y yo tampoco deseaba salir de el....

Al tirarme en mi cama, ya con mi desconjuntado "pijama", ignorando como mi cabello empapaba la almohada bajo mi cabeza, me vi atrapando el móvil en busca de alguna señal por parte de mi madre.

Quizás habría pasado algo grave...

Me adentré a los mensajes, donde había visto una señal de ella la ultima vez que me adentre en mi móvil, dando con la respuesta que hubieran cambiado muchas cosas si tan siquiera la hubiera leído antes.