SAGA TABÚ 1 : INSACIABLE [+21]

CATORCE

[WEEKENDSTON 5/?]

"En cama de algodón..."

Entreabrí mis ojos al percibir una suave fragancia cosquillear mi nariz, intenté ver más allá del pecho donde permanecía recostada, intentando identificar los cálidos y firmes brazos de aquel desconocido, pero mis parpados pesaban de forma que el sueño consiguió alcanzarme mucho antes de poder satisfacer mi curiosidad.

Me sentía extrañamente acogida, como si permaneciera sobre un mullido y cálido algodón gigante, o el símil a la representativa estampa de nube que tan comúnmente exponen en las caricaturas.

Mis brazos rodearon por inercia el cuerpo al que creía estar aún sujeta, en la inconsciencia del sueño hasta terminar rodeándolo por completo.

Ahí libere un pesado suspiro.

No quería aún salir de ese sueño donde alguien me afirmaba con calidez entre sus brazos, con la protección de ser ese caparazón que pudiera salvarme de cualquier mal, pero mi inconsciencia cada vez se hacía más lucida hasta poder deducir que aquello a lo que me aferraba era simplemente mi almohada.

Me removí gustosa entre las frescas y acogedoras sabanas de mi cama, esa que sentía mucho más mullida y confortable que de costumbre, así como mucho más grande de lo que recordaba.

Esperaba ya chocarme con la pared como era costumbre o caer al suelo.

Pero para mi sorpresa solo encontraba más y más mullida superficie enfundada en esas suaves sabanas, envuelta en esas mantas de ese material que brindaba el calor suficiente con la dosis justa de frescor para no asfixiar el cuerpo.

Me sentía en el paraíso, en ese letargo acogedor que sentía como el preludio a la monotonía de mi vida, esperando a los gritos de mi madre sacándome de la cama...

Un poco más consciente y alejada del soñar, me vi presionando mis parpados por una repentina punzada en mi cabeza.

¿Otra vez migraña?

Me queje en un suave gruñido que apenas y libere de mi garganta ante el cansancio que atosigaba de más a mi cuerpo.

Buscando volver a la inconsciencia del sueño en un intento esquivo de apartarme, alejarme de la migraña que estaba por invadir mi día, me vi volviendo a rodar sobre la mullida superficie atrapando entre mis brazos y piernas la almohada que hacía unos minutos había soltado.

— Como sigas moviéndote tanto, al final lograras caerte de la cama...

La voz de Ezra impacto de lleno contra mi consciencia como un misil atinando en el objetivo.

Mis ojos se abrieron de par en par con cierto sobresalto, obteniendo de primera plana un lateral de una habitación que no reconocía.

Poco a poco el calor comenzó a subir por mi rostro, en cada recuerdo que volvía a colisionar como bombas en mi mente de lo ocurrido la noche anterior.