VEINTIDÓS

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[MARATÓN SORPRESA 3/12]

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[MARATÓN SORPRESA 3/12]

"En el limbo de la mente"


Jalé el portón de cristal de mi edificio, esperando que de alguna forma se despejara el mal trago en el que mi madre me había sumido en la madrugada.

El frío matutino impacto contra mi rostro, generando que acomodara mi abrigo en espera de conseguir entrar en calor.

No había pegado ojo y no por lo que me hubiera gustado.

Culpar al calor que ellos me provocaban se veía una mejor escusa que la que realmente era, me había pegado esas cuatro horas restantes, repasando mentalmente todo lo que quise haberle dicho a mi madre.

Sintiendo de vuelta esa carga de remordimientos que atolondraban mi mente y sumergían aún más la poca seguridad que estaba comenzando a saborear.

Mi madre tiene razón, no sirvo para nada, si quiera puedo enfrentarme a ella.

Me mude lejos de su casa, de su hogar, de su control, con los falsos pretextos de la "cercanía" al trabajo, cuando realmente solo quería escapar de ella.

De lo que creía quería vivir o disfrutaba.

De la vida que vivía a través de mí.

Pero ella me había seguido, había tanteado el terreno con sus idas y venidas camufladas de pasiva preocupación maternal, hasta terminar instalándose en lo que había intentado hacer mi propio hogar.

Mi refugio.

Mi lugar seguro.

Y ahora su territorio.

No sentía nada mío, ni siquiera mi sueldo. No sentía esa libertad de poder gastarlo en lo que quisiera.

Lo único que sentía de una extraña forma como mi territorio, un lugar que pudiera controlar y sentirme "segura" era el trabajo.

Porque sí, a pesar de lo diabólica que Gratia podía ser como jefa, aún mucho antes de percatarme de lo que realmente su ruin y mal genio habían implantado en mí, sentía podía manejar la situación, podía controlarla, ser responsable de algo, ser consecuente y ocuparme de aquello que se me encargara.

No sabía si era buena o no haciendo mi trabajo, no sabía si de alguna forma había "favoritismo" por lo que Gratia sintiera por mí, pero sí me podía sentir satisfecha cuando acababa alguno de mis mandatos.

Me sentía complacida al tener cosas que ocuparan mi mente, cosas que me hubieran encargado, que hubieran puesto la confianza en mi como para dejarme hacerme cargo.

En el trabajo no me sentía inútil.

Y ahora entre ellos... poco a poco comenzaba a ver algo en mí que nunca creí tener.

SAGA TABÚ 1 : INSACIABLE [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora