UNO

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Un desayuno-almuerzo para dos.



Me esforzaba en pillarle el ritmo al piernas largas de Conrad, pero me estaría viendo tan ridícula ante nuestra diferencia de altura.

Un paso para él era casi tres para mí.

Desde que salió del despacho de Gratia se limitó a hablar entusiasta de proclamarse mi actual liberador por un tiempo de dos horas.

Era cierto que las veces que compartía tiempo, aún si era reducido, con el señor Gotthard, siempre era un risueño galán que contagiaría hasta al temido Drácula con su humor. Pero hoy, hoy se veía mucho más alegre e incluso entusiasta que las otras veces, cual niño pequeño que le habían predicho ir la siguiente semana a DisneyWorld.

— Señor Gotthard ¿Qué se supone vamos a hacer?

Cuestione aprovechando la pausa del semáforo y así coger el aire que mi trote, por seguir su ritmo, no se me había facilitado como de costumbre.

¿Se nota que yo y el deporte no somos grandes aliados?

El hombre que ignoraba las miradas que más de una le ofrecía al pasar o acomodarse a la espera del semáforo, como nosotros, enfoco de lleno su interés en mí.

Su sonrisa cayó siendo sustituida por una mueca.

— Nada de señor Gotthard fuera de oficina, estas dos horas son tus horas libres, así que aquí no soy ningún superior ni desconocido, soy Conrad tu amigo.

¿Conrad mi amigo?

Sonreí por inercia, alivianando mi postura al ver como deslizaba una nueva sonrisa sobre sus labios.

— Bueno, Conrad mi amigo... ¿Ha donde nos dirigimos?

Él ensancho su sonrisa y adentrando sus manos a sus bolsillos, volvió a posar su mirada al frente, esperando la señal se colocará para nuestro pase.

— Pues, primero que nada, a comer un buen y nutritivo desayuno almuerzo... y segundo...— Se volvió brevemente hacia mí, antes de volver a mirar al frente y retomar su paso una vez el semáforo se puso a nuestro favor. Haciéndome como no, volver a intentar alcanzar su caminar. — Ir de compras.

¿Compras? ¿Ha dicho ir de compras?

Él sabrá que no cobro mucho ¿Cierto? ¿Será alguna clase de indirecta sobre cómo me veo?

Frunzo mi ceño pensativo.

Claro que a comparación con quienes suelen rodearlo, debo verme un desastre andante, pero intento hacer lo que puedo con lo que tengo.

Nunca me había considerado alguien con mal gusto o de estilo estrepitoso, solo alguien que no espera más de lo que puede permitirse. Prefiero tener dinero para otro tipo de cosas... como comida, libros, el alquiler de mi apartamento.

SAGA TABÚ 1 : INSACIABLE [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora