Capítulo; Vigésimo Q/uinto.

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Rápidamente caminaron todos hacia la oficina del hombre a quien le urgía su presencia. Una vez anunciados y abiertas las puertas, en la oficina principal de aquel enorme Castillo, los esperaba su padre, disgustado, pero, más que nada, impaciente.

- Pues bien, cuéntenme a detalle ¿Qué sucedió? ...

- Estábamos en una de las calles de la ciudad buscando a unas niñas, entonces, nos vimos obligados a entrar a una propiedad sospechosa en donde creíamos que estaban. Comprobamos que eran ellas y emprendimos rumbo hacia acá, pero unos matones nos estaban persiguiendo. Nicolyn nos sacó distrayéndolos. Después de una semana, durante un entrenamiento de Euhemeros, un pequeño aro de luz apareció en el cielo sobre Euhemeros, de él salió una criatura alada que profesaba venir de parte de Nicolyn, antes de cerrarse aquel aro, solo por unos cortos minutos, y según todos los testigos incluyendo a Euhemeros, Nicolyn podía ser visualizada con severas heridas...

...

- ¡Señor! - Le gritaba Tom mientras corría por los enormes pasillos de la inmensa biblioteca privada de Edward.

Aquel salió de una de las esquinas, con la ropa desaliñada y notoriamente cansado, consternado más bien, con evidentes dolores de cabeza y hambre.

- Cuida tu tono Tom, o te haré escarmentar.

- Lo siento mi Señor pero el Joven Euhemeros lo necesita con suma urgencia - Decía apresurándose a él desesperado.

- Agh, agh, ¡Agh! - Le decía cada vez más fuerte denotando su enojo - ¿Por qué me molestas con estas cosas? De seguro es como esa vez que me "Solicitaba con urgencia" porque pensaba que a Nicolyn le había sucedido algo por su cambio de personalidad.

- No, Señor - Le interrumpía muchas veces, más Edward no lo escuchaba.

- ¿Qué decía? ¡Cierto! Que alguna maldición antigua la había poseído.

- No, Señor, el Señor Euhemeros esclareció que esto era más urgente que nada.

- Vete, y no desperdicies más mi tiempo, estoy ocupado.

- Lo siento Señor, pero, si me permite, no veía al Joven Euhemeros así desde lo que le pasó a la Señora de esta casa - Dijo con preocupación, más sin vacilar.

- Tom, di algo así de nuevo y juro que te mato - Sus ojos penetrantes se abrieron y dejaron ver su ira desbordante. El miedo y la incertidumbre consumió a Tom.

Tom trago saliva y respiró profundamente antes de hablar - El Joven Euhemeros dijo "Código 2" ...

Esas últimas palabras hicieron que los ojos de Edward se abrieran de par en par, respiró atónito poco menos de dos segundos, alzó la mirada y comenzó a correr preguntándole a Tom dónde estaba su hermano.

Corrió lo más rápido que pudo mientras ciertas imágenes de su pasado aparecían fugazmente en su memoria, rogando que su hermano estuviera bien. Una vez llegó al lugar de entrenamiento de los soldados, los observó todos reunidos con semblantes oscuros y lúgubres. Preguntó frenéticamente por su hermano, y algunos de ellos lo guiaron a la oficina del capitán, un hombre muy alto y fornido entrado en edad, alguien a quien todos admiraban y respetaban. Junto a él estaban el vicecomandante, los dos paladines de Euhemeros y Edward y el mismísimo Euhemeros. El vicecapitán se encontraba afuera haciendo efectivas las órdenes del capitán.

Edward trató de hablar con su hermano, pero este no respondía más que para decir una que otra frase que, al criterio de Edward, carecía del total sentido.

- ¿Cuál es el motivo de tu semblante? - Le preguntó Edward al capitán una vez que observo su indescriptible rostro.

- Lo siento mi Señor, pero ...

Mi destino como Villana.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora