Muy temprano en la mañana comenzó nuestro emocionante nuevo día. Las cosas fluyeron con normalidad, todos estábamos alegres realizando nuestras actividades. Pero, de repente, Shin Ha se erizó y comenzó a gruñir y alguien llamó a la puerta. Todos estábamos sorprendidos, además de Prince, nadie había venido nunca, y ya hace medio mes que pasó aquello de los esclavos.
- Señorita - Me dijo Marie, entre tímida y confusa.
- ¿Qué sucede?
- Verá. Hay uno de los sirvientes del Archiduque Lucius esperándola afuera - Dijo después de atender a la puerta.
Sus palabras me sorprendieron y asustaron, quizás nuestra racha de buena suerte haya acabado - Hazlo pasar, por favor, y llévalo al invernadero, luego llévanos té, y quédate cerca, pero oculta, sin que él pueda notarte - Marie se marchó preocupada mientras todos caminábamos hacia el invernadero - Prince, llévate a las niñas, por favor. Shin Ha, Eonsesh, les ruego, por favor, si algo llega a suceder, llévense a todos lejos de aquí mientras yo me ocupo de él.
- Entiendo, Shin Ha los cargará y yo volveré por usted - Dijo Eonsesh decidida mientras Shin Ha le gruñía y recriminaba.
- No Eonsesh. Mi prioridad son ustedes. Incluso si me dejan atrás, lo importante es que ustedes se salven a toda costa.
- Pero Nicolyn...
- Eonsesh, por favor. Te lo ruego - Pareció ser que mi sincera suplica la convención.
Todos se fueron y logré llegar antes que Marie al invernadero. No era la gran cosa, pero era el punto estratégico más conveniente, además, no dejaré que nadie como él entre a nuestra casa.
El invernadero fue una de las primeras zonas en ser reparada, después de los baños y las piezas. Era un lugar hermoso y lleno de potencial donde plantamos toda clase de alimentos, los cuales crecen desmesuradamente gracias a Eonsesh, Shin Ha y Prince, aun no comprendo del todo la magia, pero sé que la que ellos practican está muy lejos de mi alcance. Sin embargo, era un lugar bastante limpio y apropiado para tal visita. Moví una de las sillas de la mesa y me senté, aunque mi espera no duraría mucho...
- Espera, si vienes aquí, deberías escuchar los sonidos de la naturaleza.
- ¿Qué se...?
- Disculpe, señora - Marie se aclaró la voz un poco enfadada, sin querer repetí el chiste en mi mente pero se me salió - Como dije, Ryuk Dong-Gun, mano derecha del Archiduque Lucius. Lo he traído ante su presencia.
- Oh, mil disculpas, Nicolyn, para servirle - Lo que bien empieza, bien acaba. Marie y el joven se acercaron a donde estaba. Siguiendo los protocolos de etiqueta, me levante al presentarnos y mientras Marie acomodaba su silla nos sentamos, y esperamos a que Marie se retirara para comenzar a hablar, no sin antes haberle preguntado si quería té.
- Supongo que un té estaría bien, después de todo, los asuntos que me competen no son pocos, pero debo pedir, que el tal sea preparado en mi presencia - Ya estoy aburrida de que crean que los envenenaré, aunque no niego que Sophie ya lo haya hecho, pero sigue siendo molesto.
- Marie, ¿Podrías traer lo necesario para el té? - Normalmente, se lo habría solicitado con un "Por favor" de por medio, ya que no me gusta dar órdenes. Pero ante extraños, es necesario no bajar la guardia y actuar como se espera, así, podré ocultar cabalmente todo lo que me proponga y descubrir sus intenciones.
- Como desee - Antes de irse se me acercó y susurró - No juegue con él por favor - Avergonzada no pude hacer otra cosa que asentir. Y Marie se dirigió a la cocina. Vamos, es la primera vida que vivo donde puedo reírme, ah, lo siento memes, les he fallado.
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Mi destino como Villana.
Teen FictionTodas las historias tienen dos versiones, una linda y radiante llena de bellos sentimientos, y otra fea y lúgubre de la que nadie quiere tomar atención. Constantemente, la vida me enseño que las personas que vivían una buena vida, llena de lujos o...