-Abby, Abby -escucho muy levemente mientras abro los ojos y siento que me sacuden.
Tras unos segundos de desconcierto los abro por completo pero los vuelvo a cerrar de inmediato al notar una luz intensa. Cuando me acostumbro a la lumbre veo la cara de Edrielle.
-Abby, despierta, vamos a llegar tarde -me apresura.
-¿Qué pasa? -pregunto confundida-. ¿A dónde llegamos tarde?
-¿No has leído los mensajes que te envié?
-No, me quedé dormida.
-Pues por si no lo sabes tenemos una fiesta a la que asistir en una hora y no te veo yo muy arreglada -dice casi a estallar de desesperación.
De un tirón de brazo hace que me siente en la cama y que la sangre me suba a la cabeza
-¿En casa de quién? ¿Cómo? -pregunto confundida.
No me suelen invitar a muchas fiestas.
-En casa de Edward, nos ha invitado.
Tras recuperar la compostura me levanto de la cama.
-¿Y quienes van a ir a esa fiesta? -pregunto extrañada.
-Jace, unos amigos más de Edward, tú y yo. Creo que Jace también invitó a Ethan -responde mientras se asoma a mi espejo para acomodarse el pelo.
Edward nunca monta fiestas pero supongo que como después de la coronación, igual que Jace, volverá al reino lobuno, querrá despedirse de sus amigos de esta manera. Doy un vistazo rápido a mi alrededor y veo un vestido negro con destellos sobre la cama.
-Te lo he traído por si te lo quieres poner.
Es bonito y como no tengo nada más que ponerme me meto en el baño para cambiarme. Es justo de mi talla y bastante elástico así que no me cuesta ponérmelo. No tiene mangas, son básicamente tirantes; me llega por los muslos y es de una tela bastante cómoda y cálida para el tiempo que hace fuera. Salgo del baño y tiro el pijama sobre la cama. Veo que Edrielle también se ha cambiado y viste con un vestido blanco de mangas largas y corto hasta las rodillas. Se acerca para arreglarme el cabello y peina un poco con las manos mi ondulado pelo, colocándolo sobre los hombros. Saca una máscara de pestañas del bolso y me lo pasa un par de veces por las pestañas y el pintalabios rosa con el que me colorea los labios huele a frutos rojos.
-¿Me queda bien el vestido? -me pregunta dudosa.
Da vueltas delante de mí para que la vea de todos lados.
-Te queda muy bien.
Sonríe complacida mientras se hace una corona de trenzas con su pálida cabellera. Me calzo con unos tacones morados que cogí de la habitación de mamá y le aviso a Edrielle de que estoy lista mientras doy unos pasos para acomodar mis pies.
-Perfecto, vámonos.
Salimos de la habitación y con nuestros tacones resonando sobre las escaleras,
me asomo al salón donde papá mira la televisión.
-Papá, voy a ir con Edrielle a la casa de Edward, ha montado una fiesta, no creo que vuelva muy tarde pero si no te aviso.
-Está bien, avísame si quieres que te vaya a recoger.
Con la emoción de asistir a una fiesta recorremos las calles con paso apresurado y al llegar tocamos el timbre. A través de la puerta escucho música electrónica muy alta y me extraña. ¿No iban a ser un par de amigos?
-Hola chicas -nos saluda un chico alto de pelo negro que ninguna de las dos conocemos-. ¡Pasad! -nos invita apartándose de la entrada-. ¡Ya han llegado tus amigas! -grita el chico.
ESTÁS LEYENDO
Reina Bruja
FantasyAbby, una adolescente común de 17 años, descubre que su madre era un bruja suprema, la reina de las brujas, y eso convierte a Abby en la futura reina bruja. Tiene solo tres meses para prepararse y adentrarse en el mundo brujo hasta su coronación, pe...