Frío. Tengo frío. Al despertarme estoy temblando de las manos. Abro los ojos y me encuentro tumbada en mi cama. Busco a Ethan manoteando en el colchón y doy con algo duro. Me quito las legañas con las manos y me fijo mejor en lo que toco. Me tranquilizo cuando veo que es su mano. Me incorporo apoyándome en los codos y me desperezo lo más que puedo. Ethan abre los ojos en el momento y me desea buenos días con una sonrisa.
-Buenos días -le respondo también.
Me llevo las rodillas al pecho y me abrazo para mantenerme en calor.
-¿Por qué hace tanto frío? -pregunta calentándose los brazos con las manos.
-Creo que está nevando -le informo, mirando a través de la ventana. Está empañada pero logro ver cómo una capa gruesa de nieve tapa todo el verdor de los árboles. Juraría que se puede ver el gélido viento como niebla.
-¿Sabes dónde está mi ropa? -me pregunta, observando el chándal que viste.
-Si, los lave y los sequé, están en el cuarto de lavado -le informo.
-Gracias.
Dicho esto sale de la cama y se dirige al pasillo. Permanezco un rato sentada en el lecho, después cojo mis cosas y voy al baño. Dejo que el agua caiga menos de lo normal en la ducha para salir antes. Estoy impaciente por ver a Ethan. No sé por qué, de todos modos, está en el piso de abajo. Rememoro la noche y sonrió como una tonta delante del espejo mientras me seco. No me esperaba ni lo mínimo que me soltara que era brujo. Eso cambia mucho las cosas ¿Verdad? Ya no tendrá que preocuparnos el rechazo ni nada, podremos hacer pública nuestra relación. Si es que hay alguna. La hay ¿Verdad? ¿O solo fue un beso? ¿Y si no significa nada? ¿Es Ethan uno de esos chicos que besan por besar y no por sentimiento? No ha hablado sobre lo de anoche y tampoco me ha mostrado ese tipo de afecto. Empiezo a ponerme nerviosa y necesito otra ducha por lo sudorosa que me he puesto. Cuando termino de secarme por segunda vez, me visto, me peino el pelo dejando que los mechones húmedos descansen sobre mis hombros y bajo a la cocina a por mi desayuno con los ánimos hasta los pies. Al entrar me encuentro con papá preparando café. Le deseo buenos días y cojo una taza del armario. Mientras espero a que la bebida se prepare, reviso mis mensajes y veo que tengo uno de Silvia diciéndome que me necesita hoy después de las clases. Me entristece que no sea de Jace o Edward.
-Hoy volveré tarde -le informo a papá, dejando el móvil sobre la encimera-. Tengo que dar horas en la tienda.
-Vale, yo tengo que enseñar un par de casas que están lejos y dejar unos documentos en la oficina después. Con suerte estaré en casa cuando llegues.
Asiento con la cabeza y me sirvo café.
Ethan entra en la cocina con el pelo mojado recién duchado y saluda a papá antes de sentarse en una silla.
-¿Qué planes tienes para hoy? -le pregunto sacando una taza para él.
-Pensaba ir a buscar una casa, pero por ahora no sé donde. También tengo que pasarme por la sede a por una cosa -explica.
Le ofrezco café y me lo agradece con una sonrisa. Tengo que apartar la mirada para no derretirme delante de mi padre.
-¿Volverás allí? Es muy peligroso -le advierto tomando un mordisco de mi desayuno.
-Hay túneles por todos lados en los que nadie puede verte. Son seguros -me tranquiliza.
No estoy muy satisfecha pero dejo el tema porque él sabrá mejor lo que hace.
Cojo un cuenco de avena y me siento a su lado. Reposo mi mano izquierda en mi muslo mientras con la derecha me llevo una cucharada a la boca. Cojo la taza y me la acerco a la boca para ocultar la sonrisa que se me escapa cuando Ethan me coge de la mano por debajo de la mesa. El globo de la preocupación que tenía en el pecho se me va desinflando cada vez que me acaricia con el pulgar el dorso. Permanezco un largo tiempo con la taza en la boca esperando a que mi sonrisa desaparezca y cuando me la quito tengo que meterme la cuchara en la boca para no volver a empezar.
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Reina Bruja
FantasyAbby, una adolescente común de 17 años, descubre que su madre era un bruja suprema, la reina de las brujas, y eso convierte a Abby en la futura reina bruja. Tiene solo tres meses para prepararse y adentrarse en el mundo brujo hasta su coronación, pe...