Mientras envuelvo mi plato de la cena medio intacto con papel de plástico, no puedo evitar pensar en lo que me contó Edrielle. No sé si creer en ella, acabo de conocerla, y puede que se equivoque. Pero tal vez sea verdad. El único que puede responder a mis preguntas es papá.
Termino de envolver el plato y lo guardo en el frigorífico. Subo al piso de arriba y toco la puerta del despacho de mi padre, que es donde suele estar trabajando después de cenar.
-Pasa -me invita sin apartar los ojos de las fichas que tiene en la mesa.
-Emm... Si estás muy ocupado puedo esperar hasta mañana -me ofrezco al darme cuenta de las numerosas fichas que tiene al otro lado de la mesa.
-No, las fichas pueden esperar, siéntate -me dice señalando la butaca que hay a un lado.
Nunca suelo entrar aquí. No es que lo tenga prohibido, es que no he tenido la necesidad de venir.
-¿Qué necesitas? -me pregunta.
-En el camino de vuelta, cuando estaba con Edrielle, ha salido el tema sobre ti.
-No me importa que hableis de mi -dice sin darle importancia.
-Me ha contado algo muy curioso sobre ti.
Frunce un poco el ceño y su expresión se vuelve seria.
-Ha dicho que eres un auténtico misterio.
-Y ¿Eso por que? -.Se ríe.
-Porque no aceptaste el trono a rey, tuvisteis una boda muy privada, os fuisteis al mundo humano inmediatamente y nadie nunca te ha visto.
-¿Qué quieres saber? -pregunta.
-El porqué de todo eso.
-Vale, primero: no acepté el trono porque no me parecía bien que lo ocupara un hombre lobo. Segundo: tuvimos una boda privada porque tu madre la quería, no sé porqué. Tercero: nos fuimos porque como yo rechace el trono los Cazadores de Criaturas tendrían el reino para ellos si mataban a tu madre, así que decidimos ir lo más antes posible, tu madre tomaba las decisiones desde aquí, iba muy pocas veces y tenía a Ágata de mensajera. Y cuatro: por las tres razones anteriores. ¿Qué te preocupa de todo eso?
-Ahora nada, es solo que al principio todo parecía muy raro, como si ocultaras algo. Debo de parecer una idiota -me rio.
Me pellizco el puente de la nariz pensando en lo tonta que debo de parecer ahora mismo, sospechando de mi propio padre.
-No, es normal que hagas preguntas, no te sientas tonta. Esto es nuevo para ti -me tranquiliza.
-Gracias.
-Si no tienes ninguna pregunta más, voy a continuar con el trabajo -me avisa poniéndose las gafas de lectura.
Me levanto para salir, pero cuando llego a sujetar el pomo de la puerta, me acuerdo de otra cosa.
-¿Papá? -pregunto acercándome otra vez a la butaca-. ¿Sabes si mamá tuvo otra relación antes de ti?
-Si -responde dejando las gafas en la mesa.
-¿Quién era?
-Antes de mi tuvo otro marido que la trataba muy mal y se divorciaron. Nunca me dijo su nombre, ni que fuera un brujo o cualquier otra cosa criatura, algo que le agradezco porque no podría haber evitado partirle la cara a ese desgraciado -confiesa apretando los puños.
No digo nada porque no tengo nada que comentar ante eso. Cada vez más me parece que no conozco a mi madre.
-Buenas noches -me despido dándole un beso en la frente-. Y no trabajes hasta muy tarde.
-Buenas noches cariño.
Me dirijo a mi habitación para irme a la cama, pero me paro en seco al ver el calendario. Ya ha pasado mes y medio desde que supe que era bruja. Solo me queda otro mes y medio para la ceremonia de coronación. Por ahora lo único que sé es hacer un par de hechizos. Ya está. Nada más. Aun tengo que saber muchas cosas. Sigo sin entender para qué sirve el cetro.
Oh, no ¡El cetro!
Con todo este lío de los Cazadores de Criaturas lo tengo muy de lado.
Me apunto mentalmente ir al castillo de mi madre.
ESTÁS LEYENDO
Reina Bruja
FantasyAbby, una adolescente común de 17 años, descubre que su madre era un bruja suprema, la reina de las brujas, y eso convierte a Abby en la futura reina bruja. Tiene solo tres meses para prepararse y adentrarse en el mundo brujo hasta su coronación, pe...