La siguiente semana se me pasa volando.
He invitado a Edrielle a conocer un poco la ciudad de San Francisco, mi ciudad. Es increíble la cantidad de cosas que no hay en el reino brujo. Hemos estado viéndonos después de cada entrenamiento y he conocido a su madre. Es una mujer encantadora y muy trabajadora. También me ha hecho un tour del reino brujo, creo que se ha convertido en mi mejor amiga.
Después, Ethan (aun no le he dicho a Edrielle sobre él, creo que se va a desmayar si lo hago) ha estado viniendo mucho menos tiempo porque los demás Cazadores de Criaturas están empezando a sospechar un poco.
También cuando no estoy con ninguno de los dos me he dedicado a investigar un poco el castillo. Pero no he averiguado nada. Lo único que he encontrado es un cuarto enorme lleno de innumerables vestidos hermosos y una cantidad infinita de joyas, una habitación con chimenea y butaca para leer (sin duda mi lugar favorito-) y un baño amplio de lujos que más que nada parece un bosque por el adorno de ramas y flores que tiene.
Aparte de eso he estado practicando los hechizos de Jackson. Por lo visto ahora también me manda deberes para casa. Los últimos que me mandó fueron repasar el hechizo de duplicación. Lo intenté con una chocolatina, pero algo salió mal y terminé con todo el suelo de mi habitación más toda la cama llena de chocolatinas.
Esta tarde, después del entrenamiento, he ido a pasar el rato con Edrielle. Pero mientras ella habla, no puedo dejar de pensar en el cetro.
-¿Tú qué opinas? -me pregunta interrumpiendo mis pensamientos.
-Eh... ¿Qué? -.No sé ni de lo que está hablando.
-Oye, ¿Qué te pasa? Estás muy distraída -me pregunta con tono preocupado.
-No es nada -le miento.
-Soy tu mejor amiga, se cuando algo va mal.
-Nada, tu no te preocupes -le miento otra vez empezando a caminar.
-¡Abby Purple, no te atrevas a dar ni un solo paso más! -me amenaza.
Me detengo porque sé que no me conviene provocarla.
-¡Ahg! -suelto por frustración-. Está bien, te lo contaré -cedo a regañadientes, aunque en realidad necesito contárselo a alguien.
-No te preocupes, sea lo que sea, seguro que hay una solución para ello.
-Gracias.
-A ver, cuéntame.
-Veras, -empiezo, pero no se por donde comenzar, así que lo hago por lo primero que recuerdo-: Mi madre tenía un castillo y una vez fui a verlo. Entré en una habitación donde encontré una caja dirigida a mi que contenía una llave.
-Espera, rebobina -me interrumpe-. ¿Has dicho una caja dirigida a ti?
-Si.
-Eso es imposible.
-¿Imposible? ¿Por qué? -pregunto.
-Cuando tu madre murió registraron todo el castillo para ver si había dejado alguna herencia para ti o alguien, pero no encontraron nada.
-No debieron de buscar bien porque estaba allí.
-Buen, prosigue -me pide.
-Averigüé que esa llave abria el cofre que contiene un cetro, pero cuando fui a tocarlo me desmayé.
-Oh -exclama.
-Después de eso estuve buscando información sobre él, pero no encontré nada.
-Yo no veo nada de qué preocuparse en ello -dice quitándole importancia al tema.
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Reina Bruja
FantasyAbby, una adolescente común de 17 años, descubre que su madre era un bruja suprema, la reina de las brujas, y eso convierte a Abby en la futura reina bruja. Tiene solo tres meses para prepararse y adentrarse en el mundo brujo hasta su coronación, pe...