CAPÍTULO III: ¿QUIÉN SOY?

62 9 0
                                    


Cuando los chicos se van, me quedo pensando en lo que acaba de pasar hoy, en todo lo que he descubierto, y cuando mi padre viene a casa del trabajo no puedo evitar comentarle sobre el tema.

—Papá, hoy vinieron Jace y Edward a casa para estudiar y cuando subimos a la biblioteca de mamá encontré un libro extraño, brillaba a la par de mi colgante.

Se atraganta con el café que estaba bebiendo y deja la taza sobre la mesa.

—¿Qué libro? —pregunta, alarmado.

—Jace lo describió como el libro mágico, el que tiene una gema morada —digo.— También me han explicado que soy especial.

—¡¿Te lo han contado?! —exclama sorprendido.

—Sí, ¿Qué pasa? ¿No debían haberlo hecho?

—No, tenía que ser yo el que te dijera que eres bruja.

—¡¿QUÉ?! —grito, y me levanto de la silla de un bote—. ¡¿Que soy bruja?! ¡Nadie me había contado eso!

—¿No sabías eso? —inquiere con gesto de disculpa.

—¡No! Me debes explicaciones.

Toma unos largos respiros y habla:

—Tu madre era una bruja suprema, la reina del reino brujo.

Me quedo callada durante unos largos minutos, aún tengo que asimilar todo esto. ¿De verdad puedo ser yo una bruja? ¿Una chica de 17 años bruja? Imposible.

—¿Entonces tú también eres brujo?

—No, yo soy hombre lobo, igual que Jace y Edward —explica. Ahogo un grito de sorpresa y callo para asimilar toda esta locura que está pasando—.Tu abuela era la reina del reino brujo, y al hacerse mayor tu madre heredó el trono. Tuvo que hacerse cargo de un reino y después se casó. Por ciertas circunstancias, tuvimos que venirnos aquí y por eso lo mantuvimos en secreto —explica.

—Espera, espera, un momento... Si mi madre era reina, ¡Yo soy una PRINCESA! —ato unos cabos.

—Exacto.

—¿Cómo puedes decir solo exacto? Me ocultas esto durante años y ahora me sueltas que soy de la realeza. ¡No te lo tomes con tanta calma!

—¡Tranquilízate!

—¿Por qué me lo ocultaste?

—Porque era muy peligroso a causa de los Cazadores, que querían matar a tu madre y a ti.

—¿Qué? ¡Explícamelo! ¡No entiendo nada! —exijo.

—Son los Cazadores de Criaturas, quieren matarte para que no te conviertas en la gran bruja suprema, igual que tu madre. Y así, que el gran Diablo Tekeo, su amo, se convierta en el gobernador del reino de las brujas, y pueda matarlas.

—¿Matarme?, ¿Ser bruja suprema? Creo que os estáis equivocando de persona. Yo no puedo ser bruja suprema, ¡Solo tengo 17 años!

—Aunque, en teoría, según el reglamento del reino brujo, uno se convierte en brujo supremo solo si es hijo de un brujo supremo y tenga más de 18 años, que tú los cumplirás dentro de tres meses —explica.

"Dichoso reglamento" maldigo para mis adentros. Dejo salir un pequeño y sonoro gruñido y me siento en la silla de la cocina, con los codos apoyados en las rodillas y las manos en la cabeza. Me rio para mi misma y añado:

—Yo no puedo ser la reina de un reino, y menos de brujas.

—Tranquila, tendrás tiempo para practicar y prepararte en los entrenamientos, cariño —me tranquiliza papá con una amplia sonrisa de amabilidad en la cara.

—¿Qué son los entrenamientos? —pregunto.

—Tu madre nos mandó para protegerte de los Cazadores de Criaturas, y nos entrenamos para eso.

—¿Nos? ¿Quienes?

—Edward, Jace y yo.

—¿Ellos también me ocultaron esto? ¿Sabían lo mio?

—Sí...

—¿Y ellos también son... Hombres lobo?

—Igual que yo.

No me puedo creer que no conozca quién es realmente mi propio padre ni mis amigos.

—Ahora que ya sabes la verdad, tendrás que venir con nosotros a entrenarte en el reino brujo para aprender.

—Huy, no, no, no... Yo no pienso practicar porque no seré bruja suprema.

—Pero no puedes hacer eso.

—Sí que puedo, acabo de hacerlo.

—Todo un reino depende de ti. Todas las brujas han estado esperando a que cumplieras 18 años para que pudieras reinarlas a todas tan bien como lo hizo tu madre. Si no lo haces, abandonarás a todo un reino en manos de un diablo que las va a matar. No voy a obligarte a hacer nada, pero entiende que esto no se trata solo de ti.

Me quedo pensando un largo rato con la cabeza aún entre las manos. Puede que papá tenga razón, puede que tenga que ser bruja suprema, todo un reino depende de mí, no puedo dejarles, y menos a mano de un diablo. Encima, tendré la ayuda de papá, Jace y Edward.

—Lo haré.

Reina BrujaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora