Amber
A pesar de que me habia enfrentado a muchas cosas que podían romperme sin miedo, la idea de mucha agua y muy poco aire a mí no me hacía nada de gracia. Así que, en cuanto dije aquello, mi mente produjo un sonido de exasperación. Ambos estábamos algo cansados de que las experiencias se estuviesen convirtiendo en un pináculo de desastres.
La reacción de incredulidad y miedo, por suerte, no se limitó a golpearme a mí.
—¿Bajo el agua? —soltó Camille, sus ojos muy abiertos con miedo. Nick de pronto dio un salto, sonriente.
—¡Si! ¡No me habia equivocado! ¡Se los dije! ¡Era aquí!
—No, no estamos seguros...—murmure—Es solo una suposición.
Nick estaba emocionado, pero Camille y yo compartimos una mirada de temor. Bajo el agua. Un pozo desconocido y enorme, donde podían esconder cualquier tipo de cosa rara. Oscuro y profundo. Profundo y oscuro. Tuve ganas de salirme del lago, pero... ¿Y Cameron?
Volví a sumergirme, preocupada. Sabía que Cameron nadaba, -lo habia dejado bien claro al sacarme de las profundidades-, pero no podía evitar la desesperación al no verlo emerger de vuelta. Es más, ni siquiera podía ver su sombra hundida. ¿Dónde estaba? ¡¿Dónde?!
Rompí la superficie de nuevo, jadeando. Estaba empapada, y aunque el brazo me habia sanado bastante rápido, aun dolía levemente.
Estúpida agua.
Entonces, mientras me limpiaba el agua del rostro, escuche un fuerte chapoteo de donde estaban Zack y Paul. Ambos habían emergido de vuelta y no venían solos. Cameron, con los ojos enrojecidos y la mirada algo perdida, se sostenía de Zack. Corrí como una loca hacia él.
—¡Maldito seas! —exclame, con voz ronca. —¿Dónde estabas...?
—Cuidado...—murmuro el, tosiendo. —... creo, no estoy seguro, que hay un agujero ahí.
Nos arremolinamos junto a una de las gigantescas rocas, donde el agua apenas nos llegaba a la cintura. Camille, Edward, Nick y Mehgan veían todo desde la otra orilla. Andrew seguía sobre las rocas.
—¿Qué paso? ¿Estás bien? ¿Te lastimaste? —pregunte. Cameron rio, y se inclinó levemente para escupir. Zack se lanzó el pelo, empapado y de un tono rojo oscuro por el agua, hacia atrás y, mientras respiraba a cuestas, soltó una sonrisa.
—¡Es una jodida cueva enorme! —grito, tragando duro. El agua le caía por todo el rostro. —Es tan profundo como una piscina de nado profesional, tal vez un poco más.
—Háblame de las salidas de aire. —le pidió Paul. Zack negó.
—No vi ninguna, estaba buscando a este idiota, se hundió como una maldita roca.
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Lycans III: Apoteosis
WerewolfEl Eclipsis se esta acercando. La cuenta regresiva ha sido activada. Es tiempo de un sacrificio.