Amber
Hubo un silencio prolongado en la habitación. Profundo e incómodo. Odioso, pero necesario.
Deje ir un suspiro, evitando frotarme la cara. De algún modo, se sentía como si un peso hubiese sido liberado. Una puerta estaba abierta, aunque no entraba brisa o viento para llevarse todo lo que pesaba allí dentro.
Nadie dijo nada en lo que parecieron ser horas y horas de intensas miradas. Mi innata naturaleza fue decir algo, lo que fuese. Tal vez para aligerar el ambiente o para redirigir la atención, o para... lo que fuese. Pero ¿Decir qué?
Para mi profunda sorpresa, Edward entro de primero en la habitación. Se acerco, pasando a Andrew y a Zack, y se detuvo junto a la cama, manos en bolsillos y mirada desinteresada.
—Gracias por salvar a Nick. —le dijo, miro a Nick en el suelo y luego añadió: —Aunque ahora todo tiene más sentido.
Fue tan absurdo.
Estalle en una carcajada. Dios, los nervios. Me cubrí la boca casi de inmediato. Félix le sonrió un poco, aunque serio.
Zack y Andrew no se movieron. Paul, que habia quedado al final de todos los demás, tenía las cejas muy levantadas. Pero eso solo fue un minuto, porque después frunció el ceño. Y su mirada se me hizo conocida. ¿Dónde...?
Ya, claro. La misma mirada que le habia dado a Cameron cuando se habia revelado nuestra, eh, conexión. Nick se levantó poco a poco, sin mirar a nadie. De nuevo se veía pequeño, frágil. Sus ojos estaban húmedos, brillantes. Decidí intervenir. —Bueno... Félix sabe que le agradecen, tal vez deberíamos salí...
Entonces mire la cara de Zack. Y se me atascaron las palabras. Sus mejillas, su frente, casi todo su rostro estaba rojizo. Sus ojos apuntaban a la madera del suelo. Apretó los puños un segundo, haciendo un sonido raro con la boca. Luego, un susurro.
—Lo siento.
Y se fue. Andrew no estaba sonrojado. Y si lo estaba, el tono de su piel me hacía difícil saberlo. Serio, miro a Félix, y luego a Nick. Y nadie dijo nada cuando Nick salió disparado por la puerta a quien sabe dónde.
Andrew se giró, pero no le siguió, aunque su mirada se ablando. Paul, sin embargo, entro al cuarto y señalo a Félix —Tu y yo tenemos que hablar.
—Mejor no. —pidió Félix.
Interrumpí a Paul—Si, mejor no. A Nick no le gustara. Vamos, salgamos.
Andrew fue el ultimo en salir, y antes de irse, susurro—Gracias por salvarlo.
Todos abandonamos la habitación en silencio. Andrew no abrió la boca en ningún momento, pero Paul se soltó—¿Desde... cuando...?
—¿Podrías calmarte?—le respondí de vuelta. Paul se sostuvo el puente de la nariz.
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Lycans III: Apoteosis
WerewolfEl Eclipsis se esta acercando. La cuenta regresiva ha sido activada. Es tiempo de un sacrificio.