Amber
Recuerdo esos sonidos. Llantas de autos sobre el pavimento moviéndose a distintas velocidades, el inconfundible bullicio de una multitud en movimiento, las risas esporádicas, los gritos inesperados en la lejanía y las bocinas ruidosas.
En mi otra vida, que consideraba parte de un pasado imaginario y difícil de creer, la ciudad era mi día a día. Tenía que levantarme muy temprano para ir al colegio, que estaba al otro lado de una ciudad muy habitada. Pasaba al menos una hora en el transporte público, escuchando esos sonidos repetirse en mi cabeza una y otra vez, una y otra vez.
Nueva York se parecía en ciertos detalles a Londres; el ambiente era gótico, gris, encerrado, pero las calles en la gran manzana eran más estrechas, mientras que en mi antiguo hogar todo era más espacioso. Ambas ciudades habían pagado el precio del progreso, y compartían la variedad de edificios antiguos que tanta adoración causaban alrededor del mundo.
Aun así, para nosotros, el lugar desprendía más que grandeza, desprendía peligro.
—¿Qué estamos haciendo? — Llevábamos siguiendo a Edward un aproximado de diez minutos, caminando, temblorosos y heridos, sin rumbo alguno, entre una multitud que caminaba con determinación y rapidez.
Todo se movía. Incluso lo que no debe moverse.
—Cálmate. —oí que decía Cameron, —Edward conoce la ciudad.
—Esto es peligroso. Este lugar es peligroso. Debemos salir de la calle, Zack esta herido...—murmure. Zack caminaba con ayuda de Paul. Le habían puesto una chaqueta oscura y grande para ocultar la sangre en su camisa.
Me hice a un lado para permitirle el paso a unas adolescentes. Nos miraron curiosas mientras pasaban; no era usual ver un grupo tan grande de gente tan... sucio y empapado. Camille, que venía junto a mí, lo miraba todo, tratando de absorberlo todo.
—Siempre quise venir aquí. —la oí susurrar. A su lado, Mehgan permaneció en silencio. —Pero es mucho más sucia de lo que esperaba. —y señalo una gran pila de basura junto a la acera que no habia visto. —Pero sigue siendo genial, ¿Te imaginas venir a una de las universidades de aquí?
Mehgan suspiro—No. —susurro, en voz muy baja. Tal vez pensando que no la oirían por el fuerte bullicio — Ya no puedo imaginarlo.
Me sentí triste y quise darle un abrazo, pero un hombre paso, y la empujo con algo de brusquedad. —¡Oye, niña, mira por dónde vas!
Ella se sonrojo—¡Lo siento!
La jale y la empuje hacia Cameron, que le paso el brazo por los hombros para cubrirla. Paul se disculpó con el hombre, y Edward, al oír el escándalo, hizo una seña—Sigan moviéndose y no se distraigan. —nos gruño.
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Lycans III: Apoteosis
WerewolfEl Eclipsis se esta acercando. La cuenta regresiva ha sido activada. Es tiempo de un sacrificio.