Capítulo 29: Lo Que Más Tememos

3.6K 339 63
                                    

Los seres humanos en su prolongado proceso de aprendizaje social y cultural, se van adaptando a diversos y complejos escenarios sociales que comprenden relaciones de alteridad e identidad, que se reconfiguran constantemente en la necesidad de definirse así mismos, distinguiéndose del otro, vislumbrando horizontes de sentido y consensuando el modo de cómo representar, enfrentar y actuar sobre su entorno, en una perpetua redefinición de la condición humana.

Cuando decimos que el miedo es inherente a la condición humana, entonces también estamos diciendo que el miedo está en constante redefinición, en un esfuerzo por encontrar horizontes de sentido y delimitando procesos de identificación colectiva sobre amenazas e inseguridad a través del tiempo, readaptándose a las condiciones cambiantes de los grupos, del entorno y la concepción del otro y de los otros.

El miedo como emoción no es un estado absoluto, es susceptible al cambio de un individuo a otro y de un grupo a otro, no es solo un proceso fisiológico que se manifiesta en el cuerpo, el miedo también se configura como relaciones. Cuando el individuo se relaciona no solo con otros individuos sino con su contexto, cuando una sociedad se relaciona con otras sociedades, se evidencian repertorios culturales que vienen cargados de emotividad. Los grupos humanos experimentan afectivamente los acontecimientos de su existencia a través de repertorios culturales diferenciados.

Las emociones, son pensamientos en acto por parte de un actor con una sensibilidad propia, miembro de una comunidad y con una cultura afectiva. El miedo como emoción, hace parte de un universo simbólico, de procesos de conocimiento, de construcción social y cultural que brinda esquemas de experiencia y acción, transmitidos a través de las modalidades particulares de la socialización.

La emoción del miedo toma forma dentro de una misma simbólica cultural, primero en la singularidad de cada grupo humano y luego en la singularidad de cada circunstancia individual a través de un proceso complejo y heterogéneo de socialización ligado a diferencias de género, de grupo, de clase, contexto geográfico etc., donde se aprenderá a identificar y discriminar las fuentes de peligro, incorporando un conjunto de saberes, de procedimientos y de alternativas de respuesta ante las distintas amenazas.

La emergencia del miedo se vincula con las interpretaciones propias que se han construido dentro de un aprendizaje social y la identificación con los otros, que guían comportamientos, sentimientos y maneras precisas en condiciones concretas.

Cuando las experiencias se vuelven difusas, poco claras, sin vínculos, dispersas, no reconocibles y nos amenazan, el miedo es más temible. El miedo es el nombre que le damos a nuestras incertidumbres, a nuestra ignorancia con respecto a lo que en nuestro entorno nos pueda amenazar y que no podemos controlar.

El miedo sobrevive en nuestras memorias aún después que han sucedido las experiencias que nos amenazan. Tenemos la capacidad de guardar experiencias aterradoras, en lo que podríamos llamar una base de datos, para así poder reciclar esos miedos que hemos experimentado en el pasado y reaccionar a nuevas experiencias temibles con un conocimiento previo, adquiriendo herramientas para reaccionar mejor ante las situaciones amenazantes que siempre están presentes.

En nuestro mundo contemporáneo la única certeza que podemos concedernos es que el mañana no será igual al hoy, y que la vida se ha convertido en un ensayo de la muerte, resurrección permanente y reencarnación perpetua, que nos lleva a pensar en que solo existe el ahora, en un esfuerzo por tener al menos las certeza del presente y no hundirnos en el miedo que produce la vulnerabilidad frente a las vicisitudes y las inseguridades del mundo contemporáneo.

~~~~

Harrison se despertó, a la mañana siguiente, con una gran pesadez en todo su cuerpo. Naturalmente, le atribuía eso a la mala noche que había pasado; y si, no había sido una de sus mejores noches... Las pesadillas que alguna vez tuvo hace algunos años, habían regresado. Ahora, con más intensidad que antes...

El último descendiente PeverellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora