Capítulo 48: El Destino de los Nueve Reinos

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La sensación de viajar a través del Bifrost, indudablemente, era bastante única. Si al joven Peverell le pidieran describir cómo era viajar a través de ese medio Aesir, él diría que era igual a tratar de subir una cascada, nadando.

Él no fue capaz de ver nada a su alrededor ya que, de una u otra forma, todo parecía ser tan borroso y extraño. Quizá, el hecho de no ver absolutamente nada, se debía a que el Bifrost hacía que el usuario viajara a una velocidad que no podía compararse con nada.

El viaje parecía que estaba a punto de llegar a su fin debido a que, a la distancia, pudo comenzar a percibir la magia del Continente Asgardiano.

El joven Peverell, después de cerrar un momento sus ojos, apareció/llegó hasta una zona completamente desconocida para él; una zona envuelta en un ambiente totalmente ajeno a él.

—… ¿Dónde estoy?_se preguntó a sí mismo, mientras apreciaba todo el lugar que lo rodeaba

Estando de pie en lo que parecía ser un páramo, Harrison observó todo y, por primera vez, fue testigo de la belleza que tanto se hablaba acerca del Continente Asgardiano.

Las criaturas a su alrededor, la flora, la fauna, el ambiente, la magia, todo era muy distinto a lo que Harrison siempre imaginó; las historias que Frigg y Vali le contaron acerca del Continente Asgardiano se quedaron cortas ante lo que veía en ese momento.

—Investiga el lugar, Horus…_ pidió el joven Peverell, viendo cómo el fénix comenzaba a volar en una dirección desconocida

—Después de decir eso, él habló—Esta zona se parece mucho a los páramos de…_las palabras de Harrison no siguieron debido a que algo lo interrumpió

Sin qué él pudiese sentir su llegada, el joven Peverell fue rodeado, de inmediato, por un grupo de personas que apuntaron sus ¿armas? hacia él.

Ciertamente, le pareció curioso que todas las personas que lo rodearon, todas, tuvieran puestas máscaras de animales; animales que iban desde lobos hasta animales que él desconocía. ¿Eran algún grupo de bandidos?

—No deberías haber entrado a esta zona, viajero…_una persona, la que parecía ser el líder y que portaba máscara de lobo, le dijo al joven Peverell con un tono bastante amenazador

Mostrando tranquilidad, Harrison entendió cada una de sus palabras (entendió el idioma Friður, el idioma que usaban los habitantes del Continente Asgardiano) y se preparó para contestar, usando el mismo idioma que ellos.

—¡Oh, lo lamento! No sabía que esta era una zona restringida… Lo más conveniente es que me vaya_se disculpó el joven Peverell, dando media vuelta y yéndose hacia otra dirección

Quería ver de qué eran capaces esos sujetos. Quizá, si le iba bien, podría hallar información acerca de lo que sucedía en el continente en ese momento. ¿Por qué todo, a excepción del grupo que lo rodeaba, parecía estar tan tranquilo? No parecía como si el continente estuviera en crisis o en peligro.

—Irse no es una opción para nosotros. Los más recientes conflictos entre los nueve reinos han provocado una inestabilidad en todos los sentidos. Ha sido difícil sobrevivir durante estos cinco años…_le dijo el líder al joven Peverell, acercándose a él

—Ni se te ocurra hacer algo estúpido, de lo contrario, terminarás mutilado por mis amigos aquí presentes_le dijo el líder a Harrison, comenzando a revisar todos los objetos de valor que traía consigo

—¿Inestabilidad en todos los sentidos? ¿De qué hablas?_fue la pregunta que le hizo el joven Peverell al líder, mientras veía cómo revisaba algunos objetos de su bolso; lo único que encontraba eran pergaminos y libros (no parecían importarle)

El último descendiente PeverellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora