Despertar (31)

14 3 0
                                    

Dentro de recuerdos veo

a lo lejos un perdido deseo

máscaras y azareos

delimitan la historia que veo

las memorias difusas

dejan pie a excusas

ideas se anidan confusas.

Extraño es el despertar

¿En qué lugar te has de encontrar?

rostros te reciben al mirar

sonidos que tu cabeza llegan a cansar

Noticias e historias

tu mente debe soportar

ideas y memorias

las debes entrelazar

miradas acusadoras

las debes recordar

Con cuidado

sin la voz alzar

atento a la propuesta

que en tu nombre se ha de levantar

aceptar o rechazar

caminos con distinto final

con cualquiera de los dos

llegarás a llorar.

Un ruido leve como un pitido intermitente suena en la oscuridad, abro los ojos lentamente, la jaqueca me fuerza a no hacerlo más rápido, las luces blancas como el invierno clavan en mis ojos obligandome a entrecerrarlos hasta que mis pupilas se acostumbren ese brillo. Los pitidos se incrementan, va más rápido, ya no hay pitido, el sonido sigue alargado sin detenerse.

-¡Cris!- escucho a mi lado y consigo enfocar la mirada, al parecer me había incorporado en aquella camilla- ¡por dios niño no te muevas!- la mujer se acercó a mi y con cuidado me empujó desde los hombros para que me recostara.

-¿Ma...má?- pregunté confundido- ¿qué pasó?- por fin estaba recuperando la conciencia, el incendio había consumido todo el taller del campo de tiro, había entrado a buscarlos... las piernas del abuelo... el hombre lobo... el tío desapareció y yo... me desplomé entre el humo y el fuego

-Esperame aquí, le avisaré al médico- mi madre se levantó ignorando mi pregunta y caminó hasta la mesita que tenía el comunicador con la central del hospital.

Aaah... estaba en el hospital, maldición, no sentía el cuerpo... al menos al parecer puedo mover la mano derecha un poco torpe; la llevé hasta los botones que controlaban la camilla e hice que la cama se cerrara un poco para poder descansar sentado con la espalda firme en ella, miré a mi madre que colgaba el comunicador de la mesilla, miré mi brazo, al incorporarme la primera vez hice que se saliera el cable que me conectaba al lector de signos vitales, por ello se mantenía sonando tan molestamente.

MaiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora