Maia

Un tiempo (42)

Parejas de años

hablando de extraños

rompen en llantos

derrumbados ya los cimientos.

Como gotas de agua

separanse en la mañana

fragmentanse las almas

heridas quedan heladas.

Apoyo constante

genera confianza

dudas insesantes

queda ya dañada.

Espetanse palabras

respuestas inaceptables

preguntas en respuestas

mentiras se juntan

¿o realmente pesa la palabra

de quien entre dudas replica?

Habían pasado ya dos días desde la segunda prueba que dieron, Mel había discutido con Alis y no había hablado en todo ese tiempo ni con Elías ni con Mateo, al menos con el segundo había cruzado un par de palabras, pero cada vez que veía al italiano le dirigía una de sus peores miradas indicandole claramente que no se acercara a lo que obedecía en silencio y se alejaba cabizbajo.

-No eres nadie sin él- soltó la italiana molesta de pronto.

Se encontraban a las 6 de la tarde fuera del GIA, ya no quedaba nadie en el colegio, ese día habían salido temprano, Mateo en su intento de descubrir que ocurría le dijo a la morena que se fueran juntos ese día ya que llevaban bastante tiempo sin hablar como lo hacían antes y la notaba más distante, cortante, como si estuviera enojada, pero vio que se encotró con Alis y fue a sentarse a la fuente que había cerca, no le gustaba dejarla sola, pero lo que tuvieran que hablar era personal, luego sabría si le contaba o no; tomó un libro de su mochila mientras estaba sentado, intentaba no mirar demasiado en esa dirección pero la espera lo mataba, ni siquiera pensaba leer ese libro, solo necesitaba tener algo en las manos por el momento.

-A diferencia de ti cariño, yo no necesito tener a nadie a mi lado para sentirme suficiente, soy más que perfecta soltera o con pareja- respondió la morena con una mano sobre su cadera, estaba increíblemente enojada, todo la hacía perder la paciencia y no le importaba, había decidido que si debía ser una perra sin sentimientos lo iba a hacer.

-Es decir que puedes cederlo ¿no?- volvió a decir la chica apoyándole la mano derecha sobre la mejilla izquierda.

-No...- la pelinegra levantó la pierna y la puso a un costado de la cabeza de la italiana golpeándola con fuerza contra la pared- me toques sin mi permiso, no voy a cederte a nadie.

-Creí que no era importante para ti- contestó cruzándose de brazos mientras la otra chica bajaba la pierna- ¿osea que si te importa? Lo has estado ignorando olímpicamente este ultimo tiempo ¿es acaso tu forma de demostrar interes y cariño? prefiero preguntar ya que con tu agresividad...