La Ultima Alegría (26)

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Perfección de día
Risas y armonía
Cuidan la mente en ejemonía
Aseguranse las almas
La total paz encontrar.

Un paso para el sueño cumplir
Un salto de celebración
Un escalón listo para subir
Alcanzas ya tu mansión
Que de ideales construís
Completas con el corazón
Lo que nadie va a destruir.

Entre alegría y alegría
Parecía ya la llegada tardía
Tanto sufrir cada día
Parecía ya que llegaba tardía.

Cuida tu alegría
Rodéala de tus buenos días
Pues extraña la tormenta
Asecha sin vergüenza
Cuando ya está la vuelta
Rompe en tierra tu tormenta.

Los días han pasado volando, constantemente llamo a la Meli y al Mateo, pero no puedo contactar con él, al final mejor llamo a la Mel y ella le pasa el teléfono, por alguna razón su celular dejó de funcionar; la Mel se queja de que los demás tampoco contestan por más que les deje mil mensajes; estoy muy preocupada por todos. Hoy es el día en que llegan las cartas de los elegidos para la Pangea, espero que por fin el Mateo consiga lo que quiere y pueda ingresar a la brigada, está muy nervioso, pero tambien la Mel, hoy es el día que vuelve a Chile, por suerte entre uno y otro hay seis horas de diferencia, así que si salen al medio día o pasando, podrían llegar allá a las 8 o 9 de la mañana, se sabe que es generalmente a esa hora que llegan las cartas físicas aunque son muy poco comunes. Acá en Francia son las 9:30 de la mañana, así que en Bélgica serían las 8:30 más o menos, estoy ansiosa por llamarlos por video y acompañarlos hasta que llegue la carta...

-No lo había pensado...- comentó Sofía para sí y tomó el teléfono dejando su diario de lado, escribió "Mel" y apareció el número de la morena y llamó.

-...Alo...- sonó una voz cansada desde el otro lado del celular e hizo sonreír a la castaña.

-¿Aun no te despiertas bien?- preguntó para que supiera quien era.

-Sofi... dile a tu novio que me deje en paz- se quejó como una niña pequeña- ¿Sabes? Vino a despertarme hace media hora como si el mundo pendiera de un hilo, tienes que decirle algo, ya no lo soporto- se quejaba la morena con su mejor amiga.

-Pasemos a videollamada para que despiertes de verdad- bromeó ignorando sus quejas sin esperar que al segundo le llegara la notificación de cambio de llamada- ah... Lo hiciste en serio

-Ay por favor, ¿No lo decías en serio?- preguntó bromeando la morena sentándose en la cama.

-Te ves increíblemente demacrada ¿Te sientes bien?- la chica usaba un pijama simple, una polera a tirantes suelta y un short ajustado, así se le notaba el pelo caer por los hombros casi hasta las caderas, tenía cara de querer morirse.

-Lo de siempre... Ni si quiera me contesta hoy, y es cuando más lo necesito, estoy muy enojada- respondió refiriéndose al italiano.

-Pero los demás tampoco contestan Mel...- intentó transar con ella- quizás es lo mismo que los afecta a todos.

La pelinegra sabía lo que era, ese virus que se había metido en los computadores probablemente le habían afectado de alguna forma los celulares, por eso el de Mateo tampoco funcionaba, pero como ella no se conectó a la videoconferencia con su computador entonces estaba invicta aunque obviamente no se lo podía decir, además de que eso no le quitaba lo enojada.

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