Mi pequeño ángel (32)

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Largos días pasaron

con gran pesar escoltaron

a quienes vuelven hoy como cascarón

vacíos de alegría y con dolor

caminan al mismo son

noticias de muerte son

baila en pos del amor

Se alegra el dolor del corazón en quebranto

tiembla el miedo de quien aporta su manto

cubriendo a quienes sufren tal tormento.

Bueno o malo es tu caminar

¿por cual de los dos te vas a inclinar?

¿Provocaste la muerte y la llegas a lamentar?

¿o simplemente estabas en mal lugar?

Como solitario animal te llegué a encontrar

no te quiero siquiera mirar

tus ojos parecen gritar

acaso ¿Quieres ayudar?

podrías quizas tu máscara dejar

y tu rostro llegar a mostrar.

Hoy es ya 25 de agosto, dentro de 17 días se celebra el aniversario de fundación del GIA y no solo eso, celebramos también la firmada paz global que tanto costó crear; los profesores vueltos locos nos dieron la bienvenida en los hangares como si temieran que pudiéramos regresar, se nos pidió que dejáramos las cosas en nuestras casas y volviéramos a nuestros respectivos clubes para definir lo que se hubiere hablado antes de salir de vacaciones. Lentamente sin demasiado interés avanzo hacia periodismo, Nicolás el presidente del club me saluda con el poco entusiasmo que le caracteriza y le respondo moviendo la cabeza, pareciera que se hubiere preocupado un poco con mi reacción, en realidad no me interesa demasiado, solo quisiera no tener que hacer nada.

-Sofía- me llamó tranquilo con su voz grave- ¿está todo bien?- lo miré agotada, sentía como las ojeras de mi rostro se hundían un poco más por tener que alzar la mirada- aunque tus ojos me digan que no es asunto mío, y tienes toda la razón, solo me preocupo por los miembros del...

-Estoy bien- respondí cortante, realmente no me interesaba en lo más mínimo su guión ensayado sobre cómo le interesaban sus miembros- me disculpo por preocuparlo, solo no dormí en el viaje- ni en estas últimas semanas...

-Comprendo- respondió probablemente sin creerme- espero te estés cuidando bien- volví a alzar la mirada, ya estaba molesta, ¿Estarme cuidando? no era su problema.

-Claro- dije y continué hacia el interior del salón sin prestar demasiada atención en sus palabras vacías.

Esta reunión empezaba dos horas antes que la del coro, aún así Mateo no había llegado todavía, me parecía extraño, pero quizás ni fuera a llegar hoy, después de todo las clases inician en dos días, no es obligación llegar hoy pero es lo recomendable sobretodo si se pertenece a algún club, además creía que se iba a venir a la par con Mel, después de todo ella tenía la reunión con su club también; la había iniciado en el mismo horario aunque llevo un tiempo creyendo que ya no es capaz de manejar la presidencia en su estado... es verdad, estas vacaciones lo que menos hicieron con todos fue relajarnos, la primera semana hicieron una reunión para hablar de un problema... sin mi, el eslabón débil de todo el maldito grupo... más tarde, por lo mismo tuvieron que soportar un virus que les botó las conexiones y les impidió contactar durante todo ese tiempo, luego Andrés y Elías conseguirían un antivirus y lo repartirían entre todos aunque para ello debieron viajar desde Colombia a Brasil y luego a Francia, Mel está ahora viviendo su pesadilla, Cris se vio envuelto en un gran accidente que casi le cuesta la vida y la de sus familiares, yo por otro lado, cuando volví a mi casa después de lo ocurrido en Chile... había chocado un gran vehículo por el costado derecho del edificio, podía oír las sirenas y las voces de las personas que reían tras de mi... mi familia nunca fue muy querida por los vecinos debido al éxito que tenían y su mala actitud ante los demás, pero burlarse de un accidente así es un acto tan cruel e inhumano que no soy capaz de entenderlo. Cuando entré en ese momento noté que algo estaba mal en los muebles, era como si los hubiesen revuelto buscando algo, pero solo habían papeles y libros en el piso, había también una persona con una mascara de lobo sentado entre los escombros sobre una pila de ellos, recuerdo que me saludó con un movimiento de cabeza y se acercó, era un poco más alto que yo y podía ver entre su mascara unos ojos amarillos muy llamativos, casi embriagadores, con una voz mecánica me dijo

MaiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora