DONDE ESTÁ

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Salidas poco exitosas

escapes por fuerza y prisas

temores ahogan.

Salvadores oportunan

cansada de pensar

la pantera se adelanta

ataca.

Una vez la morena saltó por la ventana se colgó con ambas manos del borde externo, luego de unos minutos sintió como le temblaban los brazos, no había sido su mejor idea de la noche, eso era seguro, intentó de pronto abrir la ventana bajo ella con los pies sin saber como podría saltar al interior pero notó que estaba puesto el seguro.

-¿Sabes como se activan?- oyó preguntar al director cuando ya sentía que sus dedos se resvalaban del borde.

La ventana en dirección a sus pies se abrió y vió como unas manos se acercaban a sus piernas, de no ser porque sentía que iba a soltarse en cualquier momento hubiera pateado aquellas manos cubiertas con telas grises, a la altura de sus rodillas se cerraron los brazos del lobo.

-Sueltate- le dijo tranquilo y la chica dudó temerosa, si no estaba bien parado irían ambos a parar tres pisos más abajo- te estoy sosteniendo- sus rodillas estaban afirmadas en el pecho del más alto y la chica se soltó lentamente para que fuera tomandole el peso, pero no se pudo más a si misma y cayó con fuerza sobre sus brazos pero para su sorpresa no la soltó, estaba sentada sobre sus brazos sosteniendose de su cuello- te dije que te estaba sosteniendo- comentó sonriendo.

La morena no respondió, estaba muy acelerada, tenía los brazos adormecidos y sentía el corazón latirle fuerte contra el pecho, ya no era solo la adrenalida, esos ojos eran demasiado conocidos como para continuar dudando, no podía ser nadie más, se quitó la mascara dejando ver su moreno rostro, su cabello corto se adhería a su cara cuando con los ojos entrecerrados le dijo.

-Bésame- era el momento perfecto, si aceptaba y se quitaba la máscara sabría quien era aunque ya no necesitaba más pruebas.

El lobo abrió los ojos enormes mirando como claramente estában dilatadas sus pupilas, casi podía sentir su respiración contra su máscara, sus ojos bajaron hasta los oscuros labios de la chica y se notó el nervioso sonrojo bajo la máscara, la bajó con cuidado hasta que quedó de pie sobre la misma mesa, no se le soltó del cuello, ella sabía que si retrocedía podía arruinar su plan.

-No... creo que sea... el mejor momento ¿sabes?- rechazó nervioso tomando las muñecas de la más pequeña para bajarlas de su cuello.

-¿No quieres?- preguntó insistiendo dejando que quitara sus manos- ¿no te intereso?

-Tú tienes pareja- dijo el lobo bajando de un salto de la mesa- no puedo permitirme algo así- se rascó el mentón bajo la máscara.

-¿Tiene que saberlo?- insistió nuevamente, le daba asco lo que ella misma había dicho pues odiaba la infidelidad con todo su ser, pero si él era Elías entonces no sería infidelidad- acabas de salvar mi vida, eres inteligente y fuerte... yo... me enamoré de ti.

-Vamonos de aquí, tenemos que salir- esta vez habló con los ojos amarillos, parecían brillar en la noche- sé lo que estás intentando, pero no vas a conseguirlo niña bonita, no puedo mostrarte mi rostro aún, ni si quiera están aceptados en la Pangea.

-No voy a verte- cerró los ojos al bajar de la mesa tranquilamente- no necesitas enojarte- sintió como el lobo se acercaba y luego ahogó un quejido, un fuerte dolor en el cuello la hizo abrir los ojos- ¿pero qué...?

-Un parche- respondió- en algunos Ph genera reacciones eléctricas.

-¿Qué se supone que haces con esto?- preguntó molesta y él se acercó mirandola a los ojos bastante enojado.

-La infidelidad es repugnante, totalmente repugnante, así que si lo que dices es verdad termina con el italiano, luego hablaremos cara a cara ¿está claro?- la morena encogió los hombros cansada- esas cicatrices- añadió apuntando la cicatriz del cuello cubierta por el parche- se suelen cubrir con estos para evitar que tengas rásgos reconocibles a simple vista ya que deberías estár usando tu máscara- dijo finalmente pegandole la máscara al rostro haciendo que la chica diera un traspie equilibrandose.

-No te soporto- dijo finalmente la morena apoyandose en una mesa con las piernas cruzadas.

-Salgamos de aquí antes de que nos matemos, o peor, incumplamos las normas- respondió golpeando la mesa a su lado manteniendose cerca de su rostro, parecían competir con solo la mirada.

Salidas ahora exitosas

pues también es salida

escapar de la situación indebida

palabras execivas

pero se logra la salida.

MaiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora