CONFUSIONES

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Cuando el pasado se borra
se olvida la historia

lo vivido en la hora
lo que en tu vida demora.


Cuando se olvida lo vivido

errores te acusan de lo cometido
te equivocas en lo que has oído
por olvidar lo vivido.

-Mateo- llamó una voz dulce a sus espaldas y se volteó nervioso sabiendo lo que se venía.

-Sofi... hola.

-Me estuviste evitando... todo el día- ella también estaba nerviosa, se sentía insegura de que él estuviera enojado, pero le iba a decir sus inseguridades- ¿aún... sientes lo mismo por mi?...- empezó a jugar con sus manos nerviosa.

Se habían encontrado cerca de la salida al campo de fútbol, fue ahí donde Mateo esperaba a Sofía, usó a Mel como lechuza mensajera para avisarle, hacía un poco de fresco pero había sol, se notaba que se acercaba el invierno dentro del domo.

-Yo... yo no- no sabía cómo expresarse, levantó los ojos hasta la chica y la vió aguantando las lágrimas mirando al suelo, seguía jugando con sus manos intentando calmar los nervios, ciertamente era lo más precioso del paisaje- no he dejado de amarte Sofi.

La chica levantó el rostro rojo con lágrimas cristalinas brillando en sus ojos café y su cabello castaño oscuro que caía por su pecho hasta poco antes de su cintura.

-¿No me odias?- preguntó dando un paso hacia adelante hablando más fuerte.

-No lo hago preciosa- la chica se sonrojó más y él se acercó hasta quedar muy cerca para tomar su pequeña mano blanca, con su otra mano tomó su rostro y le mantuvo la mirada en los ojos- no podría odiarte, solo... me sentí un poco mal...

-¿Mal?... ¿por qué te sentiste mal?- El castaño se paralizó, se enojó y se sintió peor.

-Me llamaste Mati... te recordé a él luego de besarte- que desagradables sentimientos estaban en su estómago e incrementaron cuando notó que la chica reía como si no fuera importante.

-Mateo- le dijo extendiendo sus brazos hasta las mejillas del más alto- siempre te dije "Mati" antes de él- estaba en blanco, no le sonaba para nada- al inicio te decía "Matt" pero era más tierno decirte "Matti".

El castaño la soltó avergonzado y se puso de cuclillas en el suelo con la cabeza entre las rodillas mientras las abrazaba con los antebrazos. No se sentía avergonzado, se sentía peor que eso, lo siguiente a eso, había olvidado un apodo que la chica que amaba le puso cuando eran niños, y peor aún, se sintió como basura por tres días por absolutamente una tontería. El color de las mejillas le había subido hasta las orejas y competía con un tomate. Aparentemente el pasado se borró de su memoria.

-Mateo- lo llamó nuevamente Sofía y éste alzó la mirada viéndola con las manos extendidas hacia él- ven aquí- el más alto ya sintiéndose mejor tomó sus manos y se puso de pie- al parecer olvidaste que te decía así, sinceramente... ahora es desagradable- comentó con una sonrisa algo dolida, tenía sus manos en el pecho del más alto mientras él le sujetaba el torso desde arriba de la cintura- no quiero llamarte así, dime ¿como quieres que te llame?

-Amor estaría bien por mí- bromeó sin pensarlo hasta que vió el rostro rojísimo de la chica- eh.. pero... esto.... eeeeeh.

Estaban ambos rojos mirandose de cerca hasta que la más baja reaccionó y subió un poco sus brazos hasta el rostro del mayor.

-Entonces... -hablaba a susurros cerca de su rostro que ya había perdido un poco de calor imaginando lo que pasaría. Juntó sus labios en un beso lento y dulce, Mateo bajó sus manos hasta la cintura de ella para estar más cerca aún; se separaron un poco aún cuando sus labios seguían a una distancia de solo un par de centímetros- desde hoy te llamaré amor, si me llamas igual... Mateo... ¿quieres ser mi novio?

El más alto quedó anonadado ante la pregunta, pero solo sonrió y volvió a besarla sin pensarlo.

-Será un honor... Sofía.

Continuaron en su empalagoso intercambio de besos, les quedaba tiempo antes de ir a buscar sus cosas para ir a la pijamada de ese día, iba a ser la penúltima antes de salir de vacaciones, tenían que dejar recuerdo de ella, no sabían que realmente no iban a olvidarla.

Las confusiones siempre se posan en bellos corazones

se pierden al olvidar lo que sienten

se confunden al no comprender

lo que olvidado vuela por doquier.

MaiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora