¿QUÉ PASÓ EN EL BAÑO? pte2

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Uno a uno los golpes dejaban sonrosada su piel clara mientras la chica se encogía cubriendo su cabeza con sus brazos hecha bolita en el suelo, era horrible la imagen, incluso las chicas naranja no estaban del todo contentas con eso, pero tenían que cumplir las órdenes de Sindy, era todo lo que tenían que hacer.

-Las van... a encontrar- dijo Sofía cuando se detuvieron por un momento- el colegio... no consentirá este tipo de comportamientos... deberían saberlo.

-Vaya- respondió la de cabello negro- ¿nos estás amenazando? ¿has visto en la situación en la que estás?- la chica se puso en cuclillas y tomó el rostro lloroso y rojo de la más baja obligándola a mirarla- me parece que tu bonita carita también debería quedar con alguna marca, después de todo la idea es que no se te olvide ¿No crees lo mismo Joly?- miró a la castaña.

-Claro Liz, pero permíteme hacer los honores, he soñado con este momento por toda mi vida, contesta ¿donde están tus amigos que siempre te protegen?- dió el primer golpe en su mejilla y la pelinegra se movió para sostenerla desde la espalda- no te escucho pregunté donde están ¿no piensas responder?- dió un segundo golpe en la mejilla contraria- ya sé, apuesto que el joven no quiere nada con una zorra como tú- el tercer golpe- apuesto que se cansaron de tener que cuidarte cómo una niña pequeña- cuarto golpe- seguro alguno de ellos te sacó en cara lo crédula que eres, lo infantil, lo estúpida.

Golpe tras golpe le llegaban en el cuerpo pero aún así su voz ya ni escapaba, sus ojos botaban y botaban amargas lágrimas de dolor y angustia, el cuerpo le quemaba por debajo de la ropa, junto con una creciente ira y un odio profundo, no sólo hacia aquellas dos chicas, sino hacia sí misma, hacia su actitud, hacia su incapacidad de defenderse, se odiaba tanto...

Se detuvieron, estaba todo listo, la chica ya no se movía, aunque estaba viva claro, pero sonó un silbido por la ventana y las chicas cerraron el agua de cada una de las llaves  dejando el baño inundado. Entonces abrieron la puerta desde dentro y rompieron la cerradura desde fuera con unos palitos y un chicle, y todo fue justo a tiempo porque venían corriendo los chicos.

-Está todo listo- dijo la de cabello corto por su celular mientras caminaban hacia la escalera- ¿que quienes vienen? solo veo al joven Mateo y a ese chico moreno, no recuerdo su nombre.

-Andrés le respondió su compañera- ya habían salido y estaban fuera del área.

-Exacto, Andrés, a todo esto ¿por qué le pidió semejante favor a la señorita?... no, no, para nada, no critico su forma de actuar, solo tenía curiosidad, después de todo lo que vimos era horrible, me parecía extraño que le haya pedido algo así a la señorita... claro señor, no, no es de mi incumbencia, lo lamento- la chica se veía muy tensa.

-¿En serio le preguntaste algo así a él? ¿no le tienes miedo?- preguntó la pelinegra.

-¿Miedo? por favor, acabamos de hacerle un favor estúpido como si ese tipo fuera nuestro rey, yo solo lo hice porque la señorita nos lo pidió.

-Si, si, también yo, pero aún así, él da miedo, he oído que le hacía cosas horribles a la chica que fue su última pareja y que luego la dejó cruelmente votada, pobre chica.

-¿Ah? ¿Es que no lo sabías? Sofía fue su última novia.


Ardiendo el cuerpo pide clemencia

que el agua que lo roza enfría la dolencia

pero estas están grabadas a golpes

aún después de apagar sus ojos

veía los rostros

mientras uno a uno se repetían

reviviendo su agonía

aún cuando un grito la despertaría 

más su voz escaparía y 

sus ojos nuevamente apagaría.

MaiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora