Noche De Película (3)

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La amistad
cuan bella hermandad
pensamos en el otro como todo un igual
y ay de lo que a aquellos pueda afectar

Cuando un amigo llora
lo has de abrazar
Cuando un amigo sufre
lo debes apoyar
pero si un amigo está ciego, no ve la verdad
entonces se la debes mostrar 
aun cuando no la quiera escuchar

¿no ves como te ha de dañar?

Oh paloma ingenua vuela de ese lugar

porque si tu no lo haces
yo no te puedo obligar a volar
te van a dañar

y te voy a escuchar

pero eres tú la que decide volar.


Aun después de haber entrado al salón de artes, haber terminado la jornada y estar en su casa por fin, Mel no podía dejar de pensar en algo... esa sonrisa... ¿qué era tan gracioso de ver al momento en que un par de amigas peleaban?... uh, es verdad, habían peleado.

La morena se levantó de su cama y empezó a hacer algo de ejercicio en su habitación para pensar en otra cosa, pero aun su cabeza le decía que debía tener cuidado tenía la sensación de que ese tal Pablo era un saco de basura con dos bolsas, al inicio no se nota toda la porquería que tiene adentro, hasta que se rompe o pasa el tiempo suficiente. Era eso lo que la tenía tan pensativa... quizás debía romper esta bolsa en lugar de volver a esperar a que se rompa.

-Estoy pensando demasiado- dijo finalmente acompañado de un suspiro de cansancio- después de todo, lo que tenga que ver, se verá.

Se paró en la puerta del baño que daba con su habitación a mirarla unos minutos, su casa era del estilo loft, sin paredes. sus padres habían conseguido esa casa para ella, ya que en esa institució, tanto colegio como universidad, todos los alumnos debían tener una casa propia, podían vivir solos, con hermanos o con algún que otro amigo. Amaba su casa, su habitación estaba arriba, se subía por una escalera de madera negra, toda la casa tenía enormes ventanales con cortinas blancas translúcidas y unas negras sobre ellas, en la zona del living tenía unos puffs grandes y grises oscuro; al lado de la ventana que estaba contraria a la puerta había un gran atril con un banco alto y redondo, las luces colgaban en el techo y toda la casa tenía un aire vintage y de hecho era bastante pequeña. Admiraba su casa soñada con total paz que dió un salto cuando escuchó desde fuera.

-¡MEEEEEEEEL!- gritó una voz masculina que la hizo sobresaltarse-¡ABRE LA MALDITA REJA O TOMA EL CELULAR!

Entonces recordó que esperaba a sus amigos para esa noche, corrió desde el segundo piso hasta la puerta principal y de ahí atravesó corriendo el patio y abrió la reja al exaltado moreno que le había gritado. Este era bastante mas alto que ella, tenía el cabello negro y rizado pero no muy largo, sus ojos castaños se clavaron en la más baja mientras mantenía los brazos cruzados.

-Lo siento mucho, estaba totalmente en otra- indicó sonriendo mientras giraba la llave en la reja de fierro negro mientras su compañero alto la miraba irritado desde fuera y ella le correspondía con su sonrisa culpable.

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