LOBOS GEMELOS

48 1 0
                                    

Pedimos hoy auxilio

todo por cuidar al volador herido

al viento dormido

que vaga perdido.

Las noticias tardías aparecen ya

luego de una fea noche movida

llega el mensaje que aterra

Escuchada tu petición será

La ayuda pronto llegará


-¿Hola?... lobo... soy yo, Mateo, necesito pedirte un favor... sabemos que eres del GIA entonces...

-Queremos que investigues qué fue lo que ocurrió con Melisa- siguió Sofía- esto es menos que un pedido... es una suplica... lobo... tú eres el unico que podría tener las habilidades para hacer esto... la accesibilidad para hacerlo.

-Por favor... los agujeros de las cañerías eran demasiado perfectos... ayudanos...

El audio se detuvo desde la liga lila que llevaba el tipo en la muñeca esta vez, el Lobo lo oía atentamente frente de un hombre alto de mascara roja y cabello liso apenas visible que se encontraba sentado tras un escritorio con una burda iluminación en la pequeña sala, él hombre se mantenía inmovil en su silla.

-¿Entonces?- dijo depronto aún sin moverse un centimetro- ¿solicitas apoyo?- preguntó sin un toque de emoción en su voz.

-Solicito su opinión señor- respondió el Lupo casi tan inmovil como el de la máscara roja- quiero ir, estoy sujetando mi cuerpo para no hacerlo, porque sé que in situ no soy yo quien tiene la ventaja.

-Tienes razón, ciertamente el otro lobo es quien tiene mayores habilidades que tú en el área- de las sombras tras el lobo apareció otro lobo, con la misma máscara y vestimenta, apenas y se diferenciaban por un par de centimetros- mis perfectos lobos gemelos- suspiró poniendose en pié- Lupo, tú quieres ir pero Lupin ¿estás dispuesto a que te teletransportemos al domo para encargarte de...

-¿Problemas de mocosos?- preguntó interrumpiendo Lupin, el lobo más alto- no, no lo estoy, no me interesa si por descuidada la mocosa casi muere, mucho menos me interesa que porque yo no quiero ir los otros mocosos te odian; además este problema no es del rango en que estamos calificados a trabajar.

-Pues es lamentable- interrumpió el hombre de la máscara color carmín- porque irás, esos chicos tienen valor para pedir ayuda por alguien cercano- se dirigió al Lupo- además... siento que hay algo más que debes decirme ¿es así?- el aludido negó con la cabeza- entiendo, entonces Lupin, irás a investigar, si Lupo lo ve necesario deberan funcionar juntos como siempre lo han hecho.

Lupin gruñó entre dientes pero bajó la cabeza a manera de rendición e hicieron ambos un ademan de reverencia momentos antes de salir del lugar, una vez afuera Lupin fue el primero en romper el silencio

-No creas que olvido que soy tu sombra niño- le dijo al Lupo cuando este se volteó- no tengo problemas de autoestima, me da igual bajo qué mando estoy, pero no me uses como si a mi me importaran los otros niños que te rodean, el unico niño que me importa murió hace años y antes lucía tu máscara y tu alto título, debes saberlo, no eres el primer ni el ultimo Lupo Grigio.

-Mi hermano no está muerto- respondió amenazante el lobo con los ojos amarillos perforando al mayor.

-Lo está para mi- respondió sin rebajarse Lupin también con los ojos amarillos, casi del mismo tono- no recuerda nuestra historia ni lo increíble que era antes de todo lo que le ocurrió.

-Creo que le falla la memoria señor, ustedes nunca tuvieron una historia real, él siempre tuvo a su pareja desde que entraron y salieron de la brigada- Lupin sonrió.

-Te imaginas cosas niño, tú no viviste eso con el cerebro que tienes ahora, así que apoderate de mi mente cuanto quieras, cumpliré con mi deber siempre que tú cumplas el tuyo, recuerda que el día que le di la paliza a esa águila estúpida casi lo arruinas por completo- sonrió mientras desaparecía la parte baja de su máscara dejando ver una cicatriz en el labio- por eso arruiné un poco las cosas para ti también... pero claro... estabas teniendo problemas en ese momento, dudo que lo recuerdes del todo.

El Lupo apretó los puños con ira pero acalló las voces de su cabeza que, impropias de su gracia y elegancia, maldecían a más no poder a aquél hombre con quien se veía forzado a trabajar a la par, era un adulto, y uno odioso.

Hay quien quizas al aire capture

con suficiente fuerza 

con suficiente agarre

quizás de lleno no se salve

quizás el aire hasta en fuego arde

MaiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora