Konan
Hasta acá se escuchan los gritos de aquel idiota.
Uno se escuchó más cerca.
Abre la puerta y se queda paralizado.
―No será tan fácil deshacerme de ti ―dice y corre hacia mí.
Una vez estando ahí, me abraza, es un abrazo suave.
―Ojalá y te quedes aquí siempre.
―¿En el hospital? ―digo sarcástica.
Él ríe.
―Te amo.
―Yo más.
―Me diste un susto de los mil demonios ―se separa de mí con lágrimas en sus lindos ojos negros.
―Estoy bien. Tengo que dormir más, ¿no? Lo prometí, dormir hasta después del baile.
Él sonríe.
―Lo prometiste, y tú siempre cumples tus promesas. ―dice y besa mi frente lentamente.
―Pasaré el resto del día aquí, que flojera.
―Estaré aquí para alimentarte y leerte ―dice y se sienta en la misma silla donde estaba en la mañana.
―¿Te digo un secreto?
―A ver.
―Mejor sácame de aquí ―le susurro.
―Sabes que haría todo por ti, pero eso, jamás.
Le doy una mirada cansada y desaprobatoria.
―Te odio.
―Eso no dijiste hace unos minutos ―dice riendo.
―Cállate, me dormiré ―le volteo la cara.
―Bien.
********
Abro los ojos lentamente y no veo una luz prendida o algo así por el estilo, no hay luz.
Es de noche.
Volteo a ver el reloj digital que está a un lado de la televisión y marca las 8:00 p. m.
Necesito ir al baño.
Volteo a ver la silla y ahí está un soñoliento Noah con la baba casi de fuera, su cabeza cuelga del respaldo de la silla y está roncando.
Rio bajo.
Entonces me siento.
―Noah ―le hablo bajito.
―¡Noah! ―le muevo la pierna.
―¿¡Qué!? ¿Estás bien? ¿Qué sucede? ―y al sentarse bien se toma el cuello―. ¡Auu!
―Menso, debiste dormirte en la camita esa ―señalo a la que está pegada a la pared a un lado de la silla.
―¡Ahg! ¿Qué pasó? ―dice ignorándome.
―Necesito ir al baño.
―Vamos.
Se levanta y se dirige a un lado de mi cama, del lado derecho, y toma el porta sueros.
¿En qué momento lo cambiaron?
Bosteza.
―¿Sueño? ―me burlo.
―Cállate, Konan ―dice "enojado".
No está enojado, para que entiendan.
―Vamos.
Me ayuda a levantarme y va tras de mí con el suero.
―Te espero aquí.
―Está bien.
Entro al baño y orino, hago lo que puedo para limpiarme.
Spoiler: si pude.
Ahora no puedo levantarme.
Duele mucho.
―¡Ah! ¡Noah, ayúdame! ―le grito.
El entra con los ojos tapados con una mano.
―No miro, no miro.
―Puedes mirar. No estoy desnuda, menso ―digo girando los ojos.
―Tú lo dijiste ―y se quita la mano de los ojos.
―Ayúdame a levantarme.
―¿Al menos te limpiaste?
―Sí, menso.
―Ah, mensa tú. ―me da las manos y las tomo, me impulsa hacia delante y aterrizo en su pecho.
―Gracias.
Él besa mi cabeza.
―Por nada.
Nos dirigimos de nuevo a mi nueva cárcel: la habitación del hospital.
En el camino empiezo a hablar.
―¿Por qué fuiste? No me lo has contado.
Sabe a lo que me refiero.
―No debiste ir allá, Noah.
―Lo intenté.
―Dime porqué.
―Te lo diré en la habitación, prefiero que te enojes allá a que te enojes aquí.
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CHAN CHAAAAAAN, ¿adelanto del próximo capítulo?
Aquí lo tienen:
Ella soltó una carcajada.
―¿Tan macho por fuera y tan frágil por dentro? Qué imbécil. El manipulador salió manipulado ―rio por lo bajo―. Que manipulador tan pendejo.
JAJAJA, ese fragmento lo tenía en mente desde hace MUUUUUUUUUUUCHO, JASJDJAS, espero les esté gustando. <3
Lxs ama;
Karina S.
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Konan y Noah [COMPLETA]
Teen FictionKonan es una chica de 15 años que sufre de maltrato familiar. Ella es algo solitaria y solo tiene un amigo: Noah, quien es un chico dos años mayor que ella, aun así, él siempre ha estado para ella en las buenas, en las malas y en las peores. Un par...