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Noah

Así la quiero tener siempre... así, abrazados, pero ella tiene que despertar.

―¿Después de la graduación, verdad? ―pregunto, aun abrazándola.

―Hasta después de la graduación, siempre cumplo mis promesas... aunque desearía dormir más.

―Yo también quiero eso, pero sería egoísta.

―¿Por qué?

―Porque también tienes que estar despierta.

―No es justo...

―Lo es. Y no me alegues ―la separo un poco de mi pecho―. Es justo, así como quiero que duermas, tienes que estar despierta. ―estuvo a punto de decir "pero", pero la callé―. Nada de peros, señorita, ninguno.

―Bien, señor.

―No me digas señor.

―¿Entonces cómo le digo? "Su majestad"

―Estarás loca.

―El loco eres tú.

―Joder, ya cállate.

Ella ríe separándose por completo de mí y quedar como estaba cuando llegué: sentada con su mirada fija en la foto entre sus manos.

―Ella está bien, te lo aseguro.

―¿Eres un tipo de mensajero o algo así?

―Algo así ―contesto―. Ya, pero ella está bien, y está feliz por lo que estás haciendo ahora.

―La necesito.

―Así como yo a ti, así que ya, no más tristezas. ―tomo su cara entre mis manos y apachurro sus mejillas. ella hunde las cejas―. Eres hermosa.

―Tu edes un tadado ―tartamudea.

―¿Disculpa? ¿Qué dijiste? ―bromeo.

―Que tu edes un tadado.

―¿Tadado? ―le imito―. ¿Qué carajo es eso?

Ella me quita las manos de sus mejillas.

―¡Que eres un tarado, idiota! ―grita.

―Oh por Dios. ―miro fijamente hacia atrás de ella, asombrado y asustado.

―¿Qué?

Le ignoro.

―¡Noah!

Comprime la risa, comprime la risa.

Ella voltea lentamente hacia atrás y cuando está con la mirada más allá que conmigo, toco su cintura.

―Uuuuuuuuuuuuy ―grito para asustarla, ella brinca―. Así de sucia tienes la conciencia.

―Jo. De. Te. No. Ah. De. Cker. ―deletreó cada sílaba con delicadeza.

―Mejor me levanto y corro a diez metros de ti. ―digo apoyando mi rodilla izquierda en el pastito recién podado.

―Es lo mejor que puedes hacer.

Mientras dijo eso yo ya estaba del todo de pie.

―De todas maneras, no te salvarás el pellejo tan fácil.

Levanto las manos a mis costados y empiezo a correr de espaldas, cuando vi que se levantó, me volteé por completo para correr aún más rápido.

Me va a matar.

―¡TE VOY A MATAR NOAH DECKER! ―si lo dijo es porque lo hará.

Corro hasta esconderme atrás de una tumba vieja.

Konan y Noah [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora