Konan
Golpe.
Otro golpe.
Patada.
Golpe.
Golpe tras golpe. Patada tras parada.
Es cómo a los sacos de boxeo.
Cada golpe me debilita más.
Cada palabra me debilita todavía más.
No puedo responder. No puedo regresar los golpes.
―Eres una estúpida...
Creí que había pedido perdón.
―Joshua... ―digo con poca fuerza.
―Estás gorda.
¿Lo estoy?
―Comes mucho.
¿Lo hago?
―Haz ejercicio.
Eso no puedo hacerlo... mi corazón tiene problemas. Nadie lo sabe, solo yo.
―Deja de comer ―repite de nuevo.
―Estás gorda, solo mírate.
Ahora lo sé... sí, estoy gorda, mi peso está subido de lo normal...
―¿Cómo es que antes estabas flaca y ahora gorda?
No lo sé....
Quiero responder, pero no puedo.
―Estás horrible. Estás fea. No sabes hacer nada, eres una inútil.
Lo soy.
―¿Cuándo dejarás de comer?
Ya lo hice.
Le perdí el gusto a la comida... la comida ya no me hace feliz, me hace sentir mal, no merezco comer.
Paso todas las noches ―a veces no todas― llorando, ¿No basta? Dejar de comer no fue la solución... ¿Morir? Quizá sí, pero no puedo dejarlo...
No puedo dejar al único que me ha dado afecto... aun así no lo merezca.
―Mereces todo, Konan ―su tierna voz entra a mi mente.
No lo merezco...
―Mereces que alguien mate por ti. Mereces que alguien de a la cárcel solo por tu bien.
No... no es cierto.
Mis ojos se nublan, lágrimas gruesas inundan mis ojos, y luego caen.
Una tras otra, más bien dos.
―Konan.
No.
―Konan.
Dormir.
―Konan.
Morir.
―¡Konan!
Salto.
Abro mis ojos con miedo, Noah tiene la cara de susto.
Tomo mi cara entre mis manos y está mojada, también mi cabello.
―Fue una pesadilla.
―No, no lo fue. Eso paso... Eso fue real.
―¿Quieres hablar?
Niego.
―No, no ahora.
―Cuando quieras.
―Gracias por despertarme en ese sueño horrible...
―La promesa que hiciste...
―Dormiré hasta la graduación, es un hecho.
Miro a mi alrededor y ya casi es de día... está amaneciendo.
―¿Iremos al partido?
―No. ―respondo, seca, sin emoción.
―Pero...
―Nada, no vamos a ir. ―volteo a verlo y tiene cara de perrito regañado―. Puedes ir tú.
―¿Sin ti?
―Sin mí.
―Nunca he ido solo a un lado...
―Fuiste solo a un lugar hermoso, ¿no?
―Tienes razón.
―Puedes ir solo a este... Así tienes tiempo de hablar con él.
―¿Hablar de qué? ―pregunta, confundido.
―Se ve que quieres preguntarle muchas cosas... Además, ¿cómo no irás a ver el partido de tu equipo favorito? No irán al maldito estadio... pero se reunirán en un buen lugar.
―¿Cómo sabes?
―Solo lo sé... Joshua no se anda con pendejadas.
Y es la verdad.
―Bien... iré.
―Hasta que termine.
―Hasta medio juego.
―Hasta que termine, Noah.
―¿Por qué?
―Porque así lo quiero. ―digo y el asiente, molesto―. Y ya vete, dúchate y arréglate.
Se estira y resopla con frustración.
―¿Vas a estar bien?
―Lo estaré.
―Cuídate.
―Tú igual ―dice cuando pasa sus manos de su cara hasta su cuello―. ¿Y si pregunta por ti?
―Dile que me puse mal. Es una fea jugada, pero no quiero verlo, sé que dije algo diferente ayer, pero... después de...
―Tu pesadilla.
―Una pesadilla que hace tiempo fue real.
―No preguntaré nada.
―Tampoco es de que quisiera responderte. Ya vete... en un par de horas saldré de aquí.
―Bien ―se acerca a mí y deposita un beso en mi mejilla, yo se lo devuelvo―. Nos vemos...
―Luego.
Y sale de la habitación. En seguida de que él sale, entra una enfermera.
―Buenos días. ―saluda con una sonrisa.
―Buenos días.
―Te quitaré el suero... ya no lo necesitas.
―Genial.
Dejo hacer a la enfermera lo que quiera y solo pienso en lo que haré después de salir de aquí.
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Creo que éste capítulo está largo... espero y no les haya aburrido. :c
Lxs ama;
Kari.
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Konan y Noah [COMPLETA]
Teen FictionKonan es una chica de 15 años que sufre de maltrato familiar. Ella es algo solitaria y solo tiene un amigo: Noah, quien es un chico dos años mayor que ella, aun así, él siempre ha estado para ella en las buenas, en las malas y en las peores. Un par...