Noah
Acabo de llegar a casa, estaciono mi carro y bajo con cuidado.
Cuando abro la puerta y dejo las llaves en el colgadero, me encuentro con mi madre y mi padre en el cenador.
―Hola ―saludo―. Buenos días.
Ambos me miran raro.
―¿Todo bien?
―Claro ―contesta rápido mi mamá―, ¿por qué?
―Me miran raro ―digo.
Mamá abre la boca, pero la cierra haciendo una mueca. Yo veo como mi padre patea suavemente su tobillo.
―No pasa nada.
Todo es un misterio con ellos.
Duré 5 meses en entender que me hacían una fiesta sorpresa.
Soy un tonto que no sabe observar.
―Bien... ―hundo mis cejas y me acerco a ellos, beso a mamá en la frente y a papá igual―. ¿Seguros que todo bien?
―Si ―responde mi padre―. Mejor ve a bañarte para que vayas a ver el partido de beisbol.
―Está bien. ―digo mientras camino hacia las escaleras.
Entro a mi cuarto y me quito mis Jordan blancos.
Saco de un par de cajones: un short hasta las rodillas negro, unos calcetines color blanca y mis Adidas blancos. De mi ropero saco mi camisa favorita de los Yankees, negra y blanco.
Muy combinado, ¿cierto?
Voy a ducharme y pienso qué le preguntaré al padre de Konan... ¿qué diré cuando llegue? Solo voy a decir: ¿"Hola" "¿Cómo está?"? Creo que sí.
Si es que no hay ningún inconveniente.
Salgo de la ducha y me seco, después envuelvo mi toalla en mi cadera. Cuando salgo del baño escucho a mi padre hablar por teléfono con quién sabe e ignoro las palabras que dice... soy despistado.
Me cambio rápido y corro escaleras abajo.
―Mamá ―le llamo.
―¿Qué pasa hijo? ―pregunta saliendo de la cocina con los guantes amarillos... está lavando los platos.
―Ya me iré... Pasaré por Konan al hospital, seguro me está esperando.
―Creo que tendrás que cancelar tu ida al hospital ―interrumpe mi papá.
―¿Qué?
―Konan no está en el hospital.
Sentí como si un balde de agua fría me callera encima.
―¿Cómo que no está en el hospital?
―No está... me acaban de llamar.
De eso estaba hablando.
―¿Y saben a dónde fue?
―No... nadie la vio.
―Pero... ―pauso, pensando―. Ni siquiera tenía ropa limpia...
―No sé que pasó, hijo ―hace una mueca―. Tienes que ir a buscarla.
Y no me lo dijo dos veces... corrí hacia la puerta, tomé mis llaves y corrí al auto, como si fuese un robot. Abrí la puerta del carro y entré... ni siquiera dejé que se calentara un poco... arranqué.
―¿Dónde estás? ¿Dónde carajos estás?
Tuve que detenerme por el semáforo en rojo... ¡HAY DEMASIADO TRÁFICO! Joder, ¿cómo la voy a encontrar?
El semáforo paso a verde y arranqué... tuve que ir despacio para mi poca paciencia. Estoy empezando a enojarme...
¿Dónde estás?
¿Le lleve ropa? No recuerdo. ¿¡Por qué olvido todo!?
Lugares a los cuales iría yo si fuera Konan... ¿Al parque? ¿Al cine?
¿Cómo va a ir al cine si no tiene dinero, Noah? Qué imbécil.
Un foquito prendió en mi cabeza iluminándome.
El... El... ¡EL CEMENTERIO!
Sonrío... ojalá y esté ahí.
Giro automáticamente a mi derecha... queda cerca el cementerio.
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DESDE EL MARTES SIN CAPÍTULO.
Sorry, sorry, sorry. Lo sé, lo sé. PERO WORD ME BORRÓ EL CAPÍTULO. Así que no subí el capítulo el martes...Lo siento de nuevo nenis.
Pero saben que los amo bastante.
Les ama;
K. Elena Sánchez.

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Konan y Noah [COMPLETA]
Genç KurguKonan es una chica de 15 años que sufre de maltrato familiar. Ella es algo solitaria y solo tiene un amigo: Noah, quien es un chico dos años mayor que ella, aun así, él siempre ha estado para ella en las buenas, en las malas y en las peores. Un par...