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Konan

Unos toquidos a la puerta me hacen despertar, tiento mi cara y está mojada. Estaba sudando.

No necesité voltear a ver si Noah estaba aquí porque su mano seguía dónde la había puesto hace algunas horas.

Los toquidos a la puerta aumentaron.

―Noah ―le hablo en voz baja, pero no reacciona.

Quito su mano de mi cintura y me siento lento.

―Noah, tocan la puerta ―dije en el mismo tono de antes―. Noah ―le vuelvo a llamar, pero nada. Me levanto y me arrastro al suelo para llegar a la puerta, hago una mueca porque me lastimé, pero no hago ruido.

Veo los pies apuntando hacia todos lados, se está moviendo.

Vuelve a tocar.

Pensé que era su papá o su mamá, pero no...

Reconocí el calzado que trae puesto.

Es Joshua.

Retrocedo lo más rápido que pude hasta llegar a la cama.

Agarro el pie de Noah y empiezo a moverlo rápido. Él brinca y se sienta rápido, pongo mi dedo índice en sus labios.

―Joshua, Noah, está ―tartamudeo en voz baja, pero sé que él me entiende―. Te dije que vendría, ¿qué hago? ―mis labios tiemblan y él toma mi cara entre sus manos, deja un suave beso en mi frente y luego dice:

―Lo mejor que sabes hacer, entra al escondite ―Joshua vuelve a tocar―. Yo me encargo.

Me entro con cuidado bajo la cama y abro la puerta lo más rápido que puedo, entro y caigo en todas las almohadas. Cierro la puerta tras de mí.

Escucho a lo lejos ―aunque esté cerca― los pasos de Noah hacia la puerta.

―¿Dónde está? ―la voz de Joshua se escucha algo fuerte, fue un grito.

―Espera, dame un momento.

Pausa.

―¿Viniste hasta acá a armarme un escándalo? Me levantas a las... ―pausa―. A las 4:00 de la madrugada sabiendo que mañana tengo escuela, además, entraste a MÍ casa como un ratero... Esto es un maldito acoso, llamaré a la policía ―Noah le dice a Joshua.

―Solo dime dónde está.

―¿Konan? No lo sé, no tengo ni idea de dónde está, pero sabes... Saber que no está con ustedes me hace demasiado bien, de seguro está con sus abuelos.

Joshua no contesta.

―¿Ahí no has buscado?

―¿Me quieres ver la cara de pendejo?

«No te la ve, la tienes.» Pienso.

―No, solo te estoy diciendo que Konan no está aquí. Y deja de buscarla aquí porque aquí no está.

―Sé que pasó una noche aquí, muchachito.

―Sí, hace unos meses, ¿y qué? ¿solo porque pasó esa noche aquí ya quiere decir que todas las noches está acá? Hazme el favor y lárgate de mi casa o llamaré a la policía.

Busco entre las almohadas el teléfono desechable y llamo a la policía.

En cuento contestan, les digo la situación.

―Hay un intruso en mi casa ―hablo en voz baja―. La dirección es Italia 125. Vengan lo más rápido, por favor.

―Claro, ya va para allá ―contesta la fina voz de una chica.

Escucho como algo cae al piso.

―¿Todo lo arreglas con golpes?

No.

¿Noah calló al piso?

―¿Piensas que a mí me vas a tomar como tu saco de boxeo? Estás muy equivocado.

Tengo que salir.

Trato de abrir la puerta, pero no puedo, está atascada.

―¡Noah! ―grito, olvido que no puede escucharme.

Mierda, mierda.

Intento de nuevo intentando abrir la puerta.

―¡Noah!

«No te escucha.»

―¡Noah!

Se escuchó un portazo, y pasos pesados.

Se escucharon los tres golpecitos al suelo y como recorrieron algo.

Volví a la puerta y ya se pudo abrir. Al abrirla, me encuentro con la cara de Noah, tiene un tono rojizo en su mejilla izquierda. Lo puedo ver porque ahora las luces están encendidas.

―Está bien, todo bien. ―me extiende la mano y me ayuda a salir―. Gracias por llamar a la policía, llegaron a tiempo.

Volteé a mi lado derecho y vi como Joshua estaba sangrando de su nariz.

―Ya presentía que estabas aquí ―dijo refiriéndose a mí. Se está queriendo soltar del policía que lo tiene agarrado y logra hacerlo, se acercó a mí a pasos largos y me apunta con su dedo índice―. Dijiste que eras capaz de perdonarme.

Sonrío de lado.

―¿Y te creíste el cuento? Que idiota eres, Joshua Foley.

Él alzo la mano, pero el policía lo detuvo de hacer algo.

―Usted está arrestado. ―le dice el policía y otro lo toma para esposarlo―. No te vez tan mal, Konan ―me dice.

―Muy gracioso, ya llévatelo, Monthy.

Volteo a ver a Noah y tiene su boca formada en una gran "o".

―Sí, Noah, él es Monthy.

Un policía de 24 años, de cabello castaño claro, mide 1.90 y debajo de todo ese uniforme esconde un cuerpo trabajado y marcado.

Era una mentira eso de que Monthy estudiaba en una universidad gracias a los abuelos... Los abuelos lo inscribieron en la militar desde los 15 y ahora es el gran jefe. ¿Eso puede ser posible? Bueno, Monthy es un hombre inteligente, un gran estratega y analizador, entonces sí, con él sí.

Enamórense de mi hermano queridas lectoras.

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JE JE JE 

Huolaaa, viejo sabroso. Digo, Monthy... 

Ejeeem... ¿Qué les pareció el capítulo? Espero y les haya gustado tanto como a mí.

Bien, pero... ✨Konan✨ Una mentirosilla manipuladora, lo heredó de la familia, JAJA.

Espero y estén tomando agüita y comiendo bien. 

No olviden comentar y votar, me hace muy feliz leer sus comentarios. <3

Todo mi amor;

Kalena.

Konan y Noah [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora