¿Mejores Amigos o Más?

Capítulo 25

Pasó una semana y todo iba de maravilla en la Universidad, con mis amigas y con las clases, con las notas y todo en general. Con Esteban todo iba bien, de vez en cuando fue por mi, y también hablábamos mucho siempre.

Pasé un excelente fin de semana con Esteban, ese sábado me estaba enseñando defensa personal por si algún día la llegaba a necesitar, aunque al decir verdad yo ya era muy peleona y no creía necesitarlo, ya sabía defenderme; pero aún así aprendí mucho.

Vimos películas, comimos, hablamos, hicimos el amor... Y fue un buen fin de semana, estuve muy feliz, incluso me ayudó a hacer tareas. Esteban era sin duda el mejor.

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Otra vez era lunes, nos levantamos rápidamente con Esteban, nos bañamos juntos, desayunamos y fue a dejarme a la Universidad. Por Dios! Parecíamos esposos! Que ternura!.

Las dos primeras clases estuvieron bien, en la tercera llegó un chico nuevo y el profesor lo presentó, se veía demasiado callado, ¡pero se vestía genial!. Pasaron esa y otra clase después; luego salimos a receso para poder comer.

Estábamos con mis amigas y mi amigo en un quiosco de la Universidad; me fui a comprar una bebida ya que se me había olvidado cuando estuvimos en la cafetería.

Iba caminando por uno de los pasillos

—Mira por donde andas Idiota!!!. —Se escuchó un fuerte grito

—Lo siento... —Dijo un chico en voz baja

Caminé lo más rápido posible para dirigirme al pasillo donde se escuchaban los gritos; y ahí estaba, el chico nuevo que era callado y se vestía genial, tirado en el piso recogiendo sus cosas y en frente de él un chico de pelo rubio con su amigo recogiendo su bolso.

—¡Que idiota! ¡¿¿Quién putas va caminando con la cara abajo??! ¿¿Eres idiota o qué??. —Dijo el chico rubio

—Oye! ¿Eres idiota o te haces?. —Le grité

—¿Qué?. —volteó a verme

—¿Acaso no escuchaste que te pidió perdón? ¿Qué más quieres? ¿Eres gay?. —Me reí  —¿O por qué eres tan imbecil?, Si camina con la cabeza hacia abajo no creo que sea tu puto problema!!. —Grité  —El que tendría que tener cuidado eres tú.

—¿Disculpa? ¿¿Yo??. —Se rió

—Así es, tú, ¿no escuchaste? ¿O también eres sordo?. —Pregunté sonriendo sarcásticamente —Si viste que iba con la cabeza abajo eso quiere decir que lo empujaste a propósito, ¿no es así?. —Me acerqué hacía él

—Jajaja. —Se rió su amigo

—Sabes, agradécele a Dios que eres Mujer.

—Jajaja ¿por qué? ¿Vas a salir con la estúpida frase de que por ser mujer no me golpeas?. —Reí acercándome aún más —Espero nunca en tu puta vida vuelvas a molestarlo, ni a él ni a nadie, Porque donde yo me dé cuenta. —Toqué su rostro, pinchándolo con mi dedo índice —Te pateo la cara! Idiota! Me importa una mierda que seas hombre!! Jodete!. —Grité fuerte

Tan pronto terminé mi oración, su amigo y otros chicos más que venían a buscarlo empezaron a reírse de él y abuchearlo.

—Oye... —Alguien tocó mi espalda con su dedo

—¿Ah?. —Dí la vuelta y era el chico de mi salón que se vestía genial —Oye! ¿Por qué no te defendiste? ¿Qué te pasa? Nunca dejes que te humillen de esa forma, reviéntale la cara y ya!.

—No necesitaba tu ayuda... Sé defenderme solo. —Alzó su mirada —Pero... Gracias de todos modos. —Volteó su rostro hacía otro lado

—No pareció que supieras defenderte.