Capítulo 32

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<Sara>

Llevábamos tanto tiempo sin tocarnos, por fin lo habíamos hecho de nuevo, y aunque hicimos el amor dos veces, aún quería sentir su pené llenándome una y otra vez.

Quería más y más de ese grande miembro que llevaba Esteban bajo sus pantalones, quería que volviera y me hiciera más y más fuerte. Había quedado exhausta pero complacida.

Me tiré en mi cama y no paraba de pensar en eso, sólo me sonrojaba recordar cómo sentía su miembro dentro, ver su rostro de excitación, escuchar sus jadeos y gemidos al tenerlo dentro de mi; el recordar sus movimientos suaves y a la vez bruscos, el sonido de nuestras pieles chocándose fuertemente, sólo pensar me hacía dar más ganas, me hacía desear más su pene nuevamente.

Llevábamos tanto tiempo sin vernos, sin tocarnos, pero el vernos de nuevo así de esta forma, había valido más que la pena, quedé encantada, sólo quería repetirlo una vez más.

Pasó el día y me senté en mi mesa para hacer las tareas, así como solía hacerlo a diario, pero era tan difícil concentrar mi mente ya que siempre me imaginaba en lo que habíamos hecho. Luego me puse a pensar en lo que Esteban había dicho cuando recién entro a mi cuarto, ¿iba a decirle a mi madre que me dejara vivir un mes con él? ¿En serio haría eso?, por Dios, el sólo pensar en eso se me salía el corazón, se estremecía mi cuerpo el sólo pensar en poder sentirlo llenándome cada día, cada noche, me volvía loca el imaginarlo.

Llegó la noche y Esteban me llamó.

—Hola mi princesa, ¿cómo estas?, recién llego del trabajo. —suspiró

—Hola mi amor, ¿cómo te fue?. —pregunté

—Llegué un poco tarde y me regañaron, pero no importa, esa llegada tarde valió la pena. —se escuchó sus risitas traviesas —Me encantó volver a tenerte Sara... Quiero llenarte cada vez que lo desees, quiero hacerte gemir y hacerte llegar al orgasmo cada vez que te toque.

—Me encantó hacer el amor contigo de nuevo... —dije en tono bajo

—¿Qué tienes? ¿Por qué hablas así? ¿Estás triste de nuevo?. —preguntó preocupado

—No... Sólo que, aunque lo hicimos, quiero sentirte más y más... No paro de pensar en esto, y me dan tantas ganas de que vuelvas a llenarme. —dije un poco avergonzada

—Sara.... También tengo más ganas de ti. —suspiró, su voz se escuchaba agitada. — ¿Tienes tiempo ahora? ¿Puedo ir a recogerte?. —preguntó insistente —¿O estás ocupada mi pequeña?.

—Estoy libre. —Tenía una sonrisa de oreja a oreja

—Ya voy para allá, te voy a quitar las ganas mi bebé. —agregó y de inmediato colgó

Me levanté rápidamente de mi cama, me quité la pijama y me puse nuevamente un vestido, me coloqué los zapatos y bajé las escaleras de forma rápida. Me dirigí hacía donde se encontraba mi madre y le dije que saldría con Esteban y quizás me quedaría a dormir, mi madre asentó la cabeza y me sonrió, podría salir a cualquier hora sólo si Esteban estaba conmigo. Le sonreí y le di un beso en la frente, en ese momento escuché un pitido, giré mi cabeza y vi que ya había llegado Esteban.

Tomé mis dos maletas y salí de mi casa, lo saludé con un beso en los labios y procedí a subirme rápidamente en la moto. Sentía adrenalina en todo mi cuerpo, estaba agitada, mi corazón estaba a mil, sudando, temblando, tenía unas inmensas ganas de que me hiciera suya de nuevo.

Llegamos a la casa de Esteban, me bajé de la moto, abrí el portón, él entro con su moto y luego se bajó de ella.

—El sólo verte me dan deseos de tocarte y desnudarte, quiero sentir tus húmedas paredes, quiero sentir cada centímetro de tu cuerpo nuevamente. —exclamó, su voz se escuchaba tentadora

¿Mejores Amigos o Más?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora