Capítulo 90

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Pasaron varios días, todo seguía tal cual, lo mismo de siempre, lo usual.

Vi varias veces en nuestro salón a aquella chica llamada Ester, la ganadora de la veca, hablando con algunos de nuestros compañeros, que se me hacía extraño, pero no le tomé importancia, hasta que unos días después se me acercó en el brake, mientras Cristian me compraba algo de comer.

—Hola, ¿te acuerdas de mi?. —Saludó

—Claro, como no voy a acordarme. —Sonreí —Eres la ganadora de la Beca, cualquiera te conoce.

—Que linda, muchas gracias. Aunque realmente no me la gané, tu amigo me la cedió. —Comentó

—Te la ganaste, la mereces. —No dejé de sonreír en ningún momento —¿A qué se debe tu visita?, disculpa la pregunta.

—No te preocupes. —Me sonrió —Quería pedirte un favor... Bueno es que ya se lo he pedido a varias personas, pero nadie me hace el favor.. —Entristeció su rostro

Me causó mucha intriga, ¿cuál era ese favor? Que nadie era capaz de hacerlo. ¿Robar un banco? ¿Falsificar una firma?, pensé miles de cosas que serían difíciles de hacer.

—Regalarme el número de Cristian. —Me sacó de mis pensamientos

Tosí fuerte —¿Qué?. —Que mierda era eso

—Mierda, ¿por qué es tan difícil?. —Gruñó

—¿Por qué es tan difícil?, porque no puedes dar el número de alguien sin su consentimiento, es algo irrespetuoso y de mala fe. —Fruncí el ceño —Estaría muy mal hacer eso, y más cuando es el número de una persona que ni si quiera le gusta tener amigos. —Espeté, era el colmo, ni a mi me gustaría que dieran mi número sin mi consentimiento, y eso que yo era alguien muy social.

Se acercó Cristian —Mira, no quedaban Sándwiches, así que te traje una arepa rellena porque sé que también te gustan. —Me entregó la arepa y el juguito en caja que siempre solía comprar

—Hola, ¿cómo estás?. —Saludó la peli negra

—Ah, hola. —Cristian le devolvió el saludo sin mirarla

—Gracias Sara, después hablamos. —Se fue

Asenté y nos giramos para irnos a sentar con nuestros amigos.

—¿Qué quería?. —Preguntó mientras tomaba de su jugo

—Tu número. —Mordí un pedazo de mi arepa

—¿Qué?. —Escupió —¿Y se lo diste?. —Volteó a verme

—No, cómo crees, sería irrespetuoso de mi parte. Cálmate. —Me reí

¿Cómo podía creer que iba a darle su número a una desconocida?, ni que estuviera loca o sea, tampoco, y menos una tipeja que se nota las intenciones que tiene con él. Se me salen las garras de gata salvaje cuidando lo suyo, ja.


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Omnisciente

Pasaron unos pocos días más, todo seguía normal, el deseo lujurioso de sus cuerpos nunca iba a acabar, nunca sería suficiente el sexo que tenían Sara y Cristian, el anhelo de entrelazar sus cuerpos y unirse en uno solo, siempre estaría ahí.

Los días seguían iguales, nada cambiaba, la misma rutina, lo usual. De vez en cuando Ester se acercaba a Sara para pedirle el número de Cristian, pero Sara siempre se negaba, diciéndole una y otra vez lo mismo, que no lo haría sin su consentimiento y que era algo irrespetuoso.

¿Mejores Amigos o Más?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora