Capítulo 88

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<|Miércoles 25>

Es hoy! Es hoy!. Si, estaba como el niño de los memes, el de la película de Estuar Liru.

Estaba muy contenta, y esperaba que todo resultara de maravilla el día de hoy. Me alisté como todos los días, sin embargo me había puesto un vestido negro de mangas esponjosas, que me llegaba un poco más arriba de la rodilla; me puse unas zandalias cerradas que tenían un pequeño tacón. Me había hecho dos coletas pequeñas que no recogían todo mi cabello sino que únicamente la parte de arriba; me puse pestañina y esta vez también me hice un delineado para que realzara mi mirada. Como siempre, un poco de gloss y listo.

Antes de que Cristian llegara, saqué del congelador una chocolatina grande que le había comprado, la más grande que encontré.
Estaba guardando la chocolatina en mi bolso y escuché el pitido de la moto de Cristian, lo cual hizo que saliera corriendo de mi casa.

Me acerqué pero no me subí en su moto, le sonreí y le pedí que se quitara el casco un momento, lo cual claramente hizo.

—¡Feliz Cumpleaños! Otro año más siendo igual de sexy. —Le sonreí mostrando mis dientes

Él me devolvió la sonrisa y luego se rió. Saqué la chocolatina de mi bolso y se la entregué.

—No creas que sólo esto es mi regalo. —Hice musarañas —No soy tacaña. —Me reí

—Gracias. —Acarició mi rostro

Me empiné un poco y le di un pequeño beso. Procedí a subirme en la moto y nos dirigimos hacia la universidad.

Las horas pasaron pronto y llegó el descanso, salimos del salón y nos dirigimos hacia el quiosco; todos le cantamos el feliz cumpleaños y le dieron más dulces. Hablamos durante todo el brake y luego volvimos a clase. Lo mejor de todo es que habían anunciado que el Jueves y el Viernes no habría clases para nosotros y que volveríamos el día Lunes, o sea, todo era perfecto.

Ya habíamos acordado por el chat de sorpresa, que nos reuniríamos a las 7 en la cabaña para organizar todo lo más rápido posible y que Cristian llegara a las 8. Estaba muy emocionada, literal quería brincar de la felicidad cada 5 segundos.

Almorzamos juntos como casi que todos los días, dormimos unas pocas horas en su casa y luego me dejó en la mía.

Ya eran las 6 de la tarde, decidí bañarme de nuevo, me volví a peinar y alisé un poco más mi cabello, retoqué un poco el maquillaje y me puse un vestido más elegante pero no tan largo. Alisté el regalo que le había comprado, que consistía en una camisa de cuello, color negra, porque con el tono de piel que él tenía, le lucia demasiado ese color, se veía extremadamente sexy y lindo; también un reloj del mismo color y una cadena plateada. Ay!, es que no soy mala dando regalos, me gustaba gastar dinero.

Sebastián también se alistó y nos dirigimos hacia la cabaña, donde ya todos se encontraban. Empezamos a decorar con los globos, los confetis, los papeles; decoramos la mesa, pusimos licor, gaseosa y pronto llegó la torta. Adrián y Sebastián se encargaron de poner la esfera de luz, Angela y yo pusimos la máquina de humo, Lys y Lauren acomodaron las otras luces, Marcos y José se dedicaron a ensayar el sonido y tener todas las canciones perfectas para bailar sin descansar. Mientras las demás personas que venían en compañía de los demás estaban sentados observando.

El tiempo se pasó volando, así que apagamos todas las luces y llamé a Cristian para que viniera a la Cabaña, mi excusa fue que estaba acompañado a Ángela con Alan a hacer un favor al padre de Alan, le dije que quería que se pusiera lindo y viniera a recogerme porque lo invitaría a comer por sus cumpleaños; pues se comió todo el cuento y aceptó.

¿Mejores Amigos o Más?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora