Capítulo 51

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Sus fluidos desbordaron por mi miembro, bajando por el mismo, había logrado ver mucho mejor cómo había llegado al clímax, ¡por Dios! Eso me había enloquecido.

No la solté, al contrario me junté más a ella y apreté sus brazos, empecé a moverme mucho más fuerte, quería seguir escuchando sus melodiosos gemidos, quería correrme también.

No aguanté más y logré llegar al éxtasis, mis fluidos chorrearon por sus glúteos, bajando por su preciosa intimidad, derramándose por sus muslos.

Saqué mi miembro de su canal y me desvanecí al costado de la cama, cerré mis ojos, mi respiración estaba agitada, estaba exhausto, me había encantado esa posición, fue un gozo para ambos.

Aún con mis ojos cerrados, sentí que Sara se estaba subiendo sobre mi regazo, inmediatamente abrí mis ojos.

—Quiero... Um poco más de tu pene. —se subió encima mío, metiendo mi miembro por su canal —Aahh! Uff que rico. —empezó a moverse en vaivén

De cierto modo me encantaba tenerla de esa forma, que fuese así conmigo me hacía sentir alegre, era una pequeña enferma por mi cuerpo, eso era un placer enorme para mi.

Sus movimientos se hicieron más acelerados, empezó a gemir de placer, mientras movías sus caderas, ¡Dios! Se me movía delicioso encima mío.

—S-sara... —jadee —Que.. rico.

—Te va a gustar más... ahora. —dijo entre gemidos y Empezó a saltar sobre mi

—¡oh por Dios!.

Estaba demasiado excitado, como saltaba encima mío, como mi miembro salía y entraba en sus pequeñas y estrechas paredes. Sin duda su cuerpo era mi perdición.

Sus saltos fuertes, su movimiento de caderas, estaba más que complacido, no podía retener mis gemidos, estaban jodidamente deliciosos aquellos movimientos.

—S-sara para... Por favor... Me correré. —la tomé fuerte de la cintura y la apreté hacía mi

—Aahhh!! Ooohh... —gimió fuerte juntando sus piernas, su cuerpo estaba temblando

Logramos el éxtasis a la vez, nuestros fluidos se mezclaron y se derramaron por sus muslos y mi pelvis. Había quedado más que satisfecho, su cuerpo era una locura.

—Quiero... Quiero más por favor.

Habíamos tenido dos orgasmos seguidos, y ella aún quería que la llenara más, !Por Dios! Me encantaba como me pedía más, era una pequeña enferma. ¿Y en qué momento yo había cambiado así?, su cuerpo me hizo un loco, me hizo conocer un demonio sexual que ni siquiera sabía que existía dentro de mi.

—Te daré como te gusta... Pequeña. —me levanté y la recosté boca arriba

—Dame fuerte, por favor.. C-cristian te lo pido. —abrió sus piernas lo más que pudo

Alcé sus piernas dejando sus pies elevados en mis hombros, la tomé de su cintura y empecé a embestirla fuerte como tanto le gustaba.

Lo hicimos de tantas formas, en tantas posiciones, nuestros cuerpos estaban complacidos al cien, cada vez llegábamos al clímax pero eso no era suficiente, nuestro cuerpos se deseaban más y más.

Nuestros gemidos eran tan fuertes que abundaban en toda la habitación, acompañados de nuestros choques de piel.

Nuestros cuerpos estaban sudando, nuestra respiración cada vez era más agitada. El deseo de tocarnos aumentaba indescriptiblemente.

El sólo ver su pequeño cuerpo desnudo me hacía despertar mi demonio sexual, escuchar sus gemidos mientras me apretaba con sus pequeñas manos y me rasguñaba la piel, era mi delirio.

¿Mejores Amigos o Más?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora