Capitulo 84

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<|Sábado 21|>

Cristian

Se sentía un poco el calor, abrí mis ojos y se veía un poco claro, pues ya era de mañana. Volteé a ver a mi lado, Sara aún estaba durmiendo, se veía demasiado linda la verdad, podría apreciar su belleza todo el día, todos los días, nunca me cansaría. Aunque a veces era triste, si, triste porque podía tenerla completa para mi, pero a la vez ni si quiera era mía de verdad; en el fondo anhelaba ser algo más que su amigo, estoy seguro que le entregaría todo mi amor y todo de mi, porque merece todo lo mejor sin duda alguna.

—¿Qué tanto me miras?. —Me sonrió, mis mejillas se enrojecieron, qué vergüenza, se dió cuenta de que la estaba observando y apreciando.

—N-Na-Nada. Estaba esperando que te levantaras para que bajáramos a desayunar. —Miré hacía la ventana, que aún estaba con las cortinas cerradas —¿No tienes hambre?.

—Sip, un poco. Aunque, también siento un leve dolor de cabeza. —Me jaló del brazo, logrando tirarme a la cama de nuevo —¿Hoy podemos hacer algo diferente?. —Indagó

—Supongo. ¿Qué quieres hacer?.

—Me gustaría que hoy viéramos películas de terror, mientras comemos Doritos con gaseosa. —Sonrió como una niña pequeña.

—Me parece bien, entonces debemos ir a comprar mecato.

Ella sonrió, se veía muy feliz, y de un momento a otro me estampó un beso en los labios. Tomé su rostro entre mis manos y la besé de nuevo, suave, mientras acariciaba un poco su rostro.

Ella me miró un poco extrañada, estaba roja como un tomate, con su mirada intentaba buscar una explicación a aquel beso que le acababa de dar. Está bien, ni yo lo entendía, a veces me dejaba llevar de lo mucho que me gustaba.

Me levanté y la levanté de la cama para que bajáramos a desayunar; en todo el camino hacia la cocina, me estuvo viendo de la misma forma, buscando que le diera una explicación de ese beso.

Ella se sentó en unas de las sillas que estaban en el mesón, mientras yo sacaba de la nevera las cosas para preparar el desayuno.

—¿Por qué me sigues mirando así?, ¿pasa algo?. —Comenté

—Sí... Bueno no, sólo que... —Se quedó en silencio

—¿Qué?. —Cuestioné

—Nada, mejor olvídalo. —Mordió su labio inferior —Ya casi es tu cumpleaños, ¿Qué quieres que te dé?.

—Nada, es un día completamente normal.

—Ay!, no seas así, claro que no es un día normal. —Frunció el ceño —Vas a cumplir veinte años, y es una edad bonita para celebrar. —Colocó el rostro encima de sus manos

—Lo que tú me quieras dar está bien. —Serví su plato y se lo pasé.

—Ay no!, así que feo. ¿No hay algo en específico que desees?.

—Si, a ti. —Creo que ya estaba soltándome mucho más, no podía creer que le hubiera respondido eso, aunque claro que era verdad, la quería a ella, pero sólo para mi, de verdad.

—Jaja —Sonrió —A mi ya me tienes. —Se sonrojó —En serio, dime qué deseas que te compre.

—Lo que tú quieras, algo que te recuerde a mi. Cualquier cosa que venga de ti, será muy valioso para mi. —Le sonreí

Estábamos desayunando, cuando aparecieron mi hermano José y su novia Lauren.

—¿Apenas están desayunando?. —Cuestionó José

¿Mejores Amigos o Más?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora