Capítulo 34

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—Sara... en verdad me gustas mucho. —dijo sosteniendo su mirada hacia la mía —El conocerte me hizo dar cuenta que eras una grandiosa chica, y mi gusto hacía ti fue aumentando.

—David... Lo siento, pero... Me gusta alguien más. —suspiré —Ya tengo a alguien... En serio lo lamento.

—Está bien.. Entiendo, gracias por decirme. —sonrió fuertemente —Adiós, que pases buen día.

Al parecer había entendido, su reacción fue muy diferente a lo que pensé, se lo tomó muy tranquilo, y en cierto modo eso me hacía sentir bien. No quería lastimar a nadie, no quería herir a las personas, pero debía ser sincera.

—¿Estás bien?. —preguntó Cristian con mi comida en sus manos —Ten, te traje jugo de mora ya que siempre compras de ese.

—Gracias, eres muy atento. —sonreí —La verdad me siento un poco mal...

—¿David te hizo algo? ¿Te dijo algo?. —preguntó molesto

—No, nada de eso... La verdad es que se me declaró, me dijo que yo le gustaba mucho y tuve que ser sincera con él. —agarre mi arepa y mi jugo —Su reacción fue muy normal, fue tranquilo y entendió, no pensé que fuese a tomarlo de esa forma, he visto que es muy posesivo y se me hizo extraño al decir verdad.

—Si está raro el asunto, no debemos confiar mucho, nunca me pareció un buen tipo.

—Sólo espero no suceda algo malo.

Nos dirigimos al quiosco donde siempre nos hacíamos, nos sentamos junto a Lys, Ángela, Alán y Adrián.

—¿Saben qué le paso a David?. —preguntó Angela

—¿Por qué?. —pregunté

—Pasó muy enojado, se veía como si le hubiesen hecho algo.

—Sara lo rechazó. —respondió Cristian mientras comía

—¿En serio?. —preguntaron todos

—Si... David se me declaró y tuve que ser sincera con él, pero en ese momento lo tomó con calma y me sonrió incluso.

—Te dije que no debíamos confiarnos. —dijo Cristian con la boca llena

—¡Por Dios! Parecía que fuese a matar a alguien. —dijo Lys

—¿Por casualidad no le dijiste quien te gusta?. —preguntó Adrián

—No, claro que no. —respondí un poco asustada


Mis amigos se fueron al auditorio a recoger unas planilla y me quedé sentada allí con Cristian.

Al parecer David no lo había tomado con ninguna calma, sus gestos fueron falsos en ese momento, de cierto modo me sentía intranquila y nerviosa, su comportamiento siempre fue raro y no confiaba en él, sentía miedo de que quisiera hacerme algo.

—Tranquila, nos tienes a todos nosotros, no dejaremos que te pase nada. —sobó mi cabeza suavemente —No te preocupes.

—Gracias...En serio me siento un poco asustada, aunque también sé defenderme. —sonreí

Por Dios! Se me había olvidado por completo mis clases de pelea, claro que podía defenderme, donde se me acercara lo iba a matar.

Ese día todo fue normal, gracias al cielo no sucedió nada, me sentí tranquila al regresar a mi casa, pensé que no pasaría nada y todo seguiría igual.

Al otro día fui a la escuela, las clases estuvieron como siempre. Pronto salimos de clases y tomamos el brake de siempre; me dirigí hacía el salón de baile ya que debía dejar unos formatos impresos.

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