Capítulo 8.

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Al final del capítulo anterior.

-Mucho gusto, soy Bell Cranel-Se presentó mientras extendía su mano.

Ella miró por unos segundos al chico, o mejor dicho, lo que había dentro de él, pero después salió de su transe.

-Un gusto, mi nombre es Syr-Contestó la peliplateada.

-Un gusto, mi nombre es Syr-Contestó la peliplateada

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Actualidad.

-Mucho gusto Syr ¿Qué te trae por aquí?-Preguntó Bell, extendiendo su mano y sonriéndole amablemente.

Ella permanecía inmóvil y sin habla, viéndolo fijamente con una mirada perdida y un ligero rubor en sus mejillas.

"Es mas hermosa de cerca..." pensó para sí misma, mientras Bell estaba enfrente suyo.

De esa forma pasaban varios segundos y Bell aún permanecía con su mano extendida pero extrañado por la nula respuesta de la chica a la que saludaba.

Tras esos momentos incómodos, él insistió.

-Disculpe señorita Syr ¿Se encuentra bien?-Le preguntó el peliblanco a la susodicha Syr Flova.

Esto pareció por fin sacarla de su transe.

-A-Ah... sí, lo lamento, me encuentro bien, sólo me perdí pensando en unas cosas al verte-Respondió, un tanto incómoda por haber actuado de esa manera, se sumergió tanto en sus pensamientos que no se dio cuenta en donde se encontraba y la forma en lo estaba.

-Ya veo, pensé que fui grosero al extenderle la mano y por eso no daba respuesta a ello, una disculpa-Comentó Bell, bajando su mano lentamente hasta que Syr la tomó.

-Todo lo contrario, me alegra ver que sea alguien tan amable, señor Bell-Dijo la peliplateada, completando por fin el apretón de manos iniciado por el chico.

-Entiendo, me hace feliz saber que no le falté el respeto, sin embargo, no me contestó ¿Qué la trae por aquí?-Bell volvió a preguntar después de que ambos se soltaron.

-¡Syr viene a ayudarnos!-Dijo Fina, la pequeña niña de cabellos dorados, abrazando a la susodicha.

-Ella viene en ocasiones y trae comida para los niños, al igual que ropa y un poco de dinero para apoyarnos en esta situación-Agregó la hermana Maria, acercándose a donde ambos jóvenes estaban reunidos.

-Oh... así que es ese el motivo, me alegra saber que usted también apoya a estos niños, señorita Syr-Opinó el peliblanco.

-¿También? ¿Usted igual los ayuda?-Preguntó ella, algo sorprendida.

¿Es malo entrar al calabozo sin falna?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora