Capítulo 10.

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En el orfanato de María.

-Oye Rye ¿Qué le pasa a Bell?-Preguntó la pequeña Chienthrope, jalando delicadamente la camiseta del niño.

-¿Tú también te diste cuenta? Está muy extraño. Llegó. Se acostó. Tapó su rostro con la almohada y gritó. ¿Qué mosco le picó?-Roux fue quien le respondió a su compañera, sin apartar la vista del susodicho.

-Bell me dijo que hoy tendría una cita. Supongo que tiene que ver con eso-Reveló Rye, sin apartarse del costado de la puerta que daba con la habitación de Bell.

-¿Una cita? ¿Con quién?-Roux ladeó la cabeza.

-¿Por qué luces sorprendida? Bell ganó mucha fama entre las mujeres tras su proeza contra el minotauro, aparte é-él es lindo...-Fina se sonrojó y comenzó a jugar con sus dedos.

Rye agudizó su mirada un tanto incómodo por el comentario de la Chienthrope.

-No sé con quién salió. Solo me mencionó que su cita sería con una hermosa chica. Roux lo sabría si no durmiera en el cuarto de las chicas, por cierto ¿Por qué duermes allá?-El humano le preguntó a él/la elfo.

-Porque...-Antes de contestar los tres niños recibieron un golpe en la cabeza. No tan fuerte para que les doliera pero tampoco tan suave como para no sentirlo.

-¿H-Hermana María?-Los tres se asustaron por la presencia de dicha mejor a escasos centímetros de ellos con una expresión de enojo.

-¿Qué hacen despiertos a esta hora? No deberían molestar a Bell-Los reprendió.

-E-Es que... B-Bell está actuando extraño-La voz de Fina se apagaba poco a poco con el transcurrir de su contestación.

La mujer suspiró.

-No lo molesten. Muy seguramente desea descansar, cosa que ustedes también deberían hacer. Vamos-María los tomó de la mano amablemente y los alejó del sitio.

Mientras tanto, nuestro joven aventurero yacía aún con el rostro aplastado por su almohada, razón por la cual su respiración se hacía más pesada.

"¡¿UNA SOLA CITA?! ¡ME BESÓ EN LA PRIMERA CITA! ¡¿QUÉ ES ESTO?! ¡APENAS ESTAMOS EN EL CAPÍTULO 10 Y YA ME BESÓ! ¡ME SIENTO PODEROSO!" Pensó con fiereza, luchando por contenerse y no gritar a los cuatro vientos lo que decía en su mente ya que a esa hora los niños del orfanato dormían.

"¡ESTO SUPERA LAS HISTORIAS QUE ME CONTABA MI ABUELO!" Declaró para sí mismo, recordando todos los relatos fantasiosos en los que el protagonista armaba un Harem de hermosas chicas luego de salvarlas o siquiera ayudarlas en algún momento de sus vidas.

Ya habiéndose tranquilizado se posó boca arriba de la cama.

-¿Qué debería hacer...? Claramente le gusto a Airmid, dudo que ella besara a cualquier hombre sin tener esa clase de sentimientos residiendo en su corazón. Sin embargo...-Susurró mientras su cabeza divagaba.

"¡EL HAREM BELL! ¡YA TIENES A UNA! ¡VE POR MÁS!" La voz de su abuelo repetía en reiteradas ocasiones esas 10 palabras. Bell podía jurar que la imagen de aquel viejo le levantaba los pulgares al mismo tiempo que lágrimas se deslizaban por sus pómulos. Lágrimas de... ¿Orgullo?.

-M-Mi mamá... mi madrastra... ambas me matarían sí estuvieran aún conmigo y se enteraran de que estoy considerando seriamente algo dicho por mi abuelo...-A su cuerpo lo recorrió un escalofrío y una brisa entró por su ventana susurrando una palabra.

-Gospel...-

-¡Ah!-Gritó el peliblanco y se cubrió instintivamente.

Volteó a todas partes sin bajar la guardia.

¿Es malo entrar al calabozo sin falna?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora