A la mañana siguiente de los sucesos ocurridos en el ataque del Kraken.
Las horas habían pasado y el sol hacía acto de presencia después de aquella cansada, al igual que larga, madrugada.
La luz se filtraba en los pequeños resquicios que la cortina no alcanzaba a cubrir totalmente y estos mismos golpeaban los párpados cerrados de nuestro conejo protagonista, actuando en reflejo a ello y abriendo los ojos lentamente mientras era deslumbrado por aquella iluminación natural.
-¿Uh? ¿Ya amaneció?-Se cuestionó, usando la mano como barrera para evitar el flasheo al interponerla entre los rayos y sus ojos.
Él levantó la parte superior del cuerpo, sentándose en la cama. Frotó sus párpados con las yemas de los dedos índices, limpiándolos e intentando enfocarlos y así poder tener una visión más óptima.
-Ugh...-Un quejido salió del costado derecho al jalar las sábanas y sacudir la cama debido a lo brusco de sus movimientos.
Bell, aún somnoliento, no le dio importancia hasta que escuchó un bostezo del lado contrario.
Esto provocó que saliera del estado de transe común en los recién despertados.
Giró a donde provino dicho sonido y... se topó con el tranquilo rostro de Airmid, al cual continuaba dormida sin expresión alguna.
El joven no dio crédito a ello pero decidió asegurarse de que no pasara o mismo en el otro extremo del colchón, por lo que giró la cabeza al punto contrario y... efectivamente, Airmid no era la única durmiendo a escasos centímetros del conejo, también se encontraba Shakti, la cual descansaba plácidamente.
"Cierto... ellas insistieron en que durmiésemos juntos..." Recordó, sin espantarse y buscando el lado lógico a tan envidiable situación. No todos los días despiertas en medio de dos mujeres de increíble belleza como Airmid y Shakti. Cualquier aventurero o ciudadano de Orario moraría por siquiera dirigirles la palabra y recibir respuesta.
En fin. Dejemos en paz la suerte del conejo.
Él buscaba la forma de abandonar la cama sin molestar el sueño del dúo. Mentalmente pensó que se veían realmente hermosas en ese estado, por lo que las mantendría de ese modo el mayor tiempo posible.
Destapó sus piernas lentamente y evitando que la cobija se deslizara en demasía.
Una a una sacó las piernas y, habiendo abandonado la tela encima del cuerpo, gateó hasta el borde inferior de la cama, al extremo contrario del reposador de cabeza.
Cada que avanzaba las féminas lanzaban breves y casi inaudibles quejidos de molestia. Como si no desearan que las interrumpieran.
-Perdón. Ya bajaré...-Susurró el peliblanco, riendo en voz baja.
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¿Es malo entrar al calabozo sin falna?
FanfictionBell, nuestro joven protagonista, después de pasar varios días sin poder conseguir una familia y ser rechazado muchas veces, decide dejar de intentarlo pero recordó algo importante...No siempre se necesitó de un falna para ser un héroe, por lo que a...