Free me | zayn |

Capítulo 32

Las repentinas turbulencias la despertaron de golpe. Por un momento el avión se abaneó tanto que se asustó, pero pasó tan rápido que cuando quiso decir algo, ya había pasado lo peor. Echó un vistazo a su lado, pero Zayn no parecía ni inmutarse por las sacudidas del avión. Recordó que alguna vez dijo que se había subido ya a tantos aviones que había perdido la cuenta hace bastante tiempo.

Aunque en realidad sí se veía preocupado, pero por algo que leía en su teléfono. Su ceño fruncido se lo confirmaba.

—¿Como es que puedes leer mensajes?

Le echó una rápida mirada antes de volver la vista a la pantalla.

—No son recientes, estoy vaciando la bandeja de entrada.

—No parecen alegrarte.

Sonrió con falsedad.

—Eso es porque no lo hacen.

—¿Tan malos son?

Otra fuerte sacudida los hizo tambalear, Shazia volvió a sobresaltarse, cerrando los ojos con fuerza. Zayn guardó el móvil, decidiendo que en ese preciso momento, reconfortarla era más importante que esos insufribles mensajes, habría tiempo después. Así que tomó su mano y dejó que la morena la apretase con fuerza. Mientras hablaba, pasaba el pulgar por sus nudillos blancos.

—Sólo estamos pasando por un a zona de turbulencias, Shaz. No pasará nada malo.

—¿Cómo estás tan seguro?

—Nos habrían informado de lo contrario— respondió con sencillez, analizando por la ventana el mal tiempo— es sólo una tormenta, en poco tiempo la pasaremos— seguía un tanto nerviosa— te lo prometo.

***

—Mierda

—¿Zayn?— Shazia lo llamó, perdida e indefensa.

—No puede ser cierto.

La toma por la muñeca y la obliga a seguirlo.

—¿Por qué hay tanta gente ahí fuera?— Tan pronto formuló la pregunta, cayó en realización— ¿cómo supieron?

—Espera un momento. Aún no podemos salir— dijo sin escuchar sus preguntas.

Asintió sin ser capaz de relajarse. Realmente había una enorme multitud. Observó a Zayn sacar el teléfono por milésima vez aquel día: lo estaban llamando.

—¿Preston? ¿Dónde diantres estás?— Su molestia era palpable— estamos cerca de la salida, tras la columna, al lado de información... No, no soy tan imbécil como para... Sí, acabamos de recogerlas— frunció los labios al mismo tiempo que ojeó el equipaje— es bastante. ¿No podemos salir por atrás? ¿Igual? Dios mío... De acuerdo, está bien. No, no nos moveremos, pero apresúrate por favor.

Colgó, soltó un largo suspiro y se sentó sobre las maletas, que estaban apiladas encima de un carrito.

—¿Y?— Presionó, necesitando saber al menos algo.

—No tardarán más de quince minutos.

—¿Cómo supo toda esa gente que estarías aquí?

Se encogió de hombros.

—Alguien filtró la información, o quizás me reconocieron, no lo puedo saber con certeza.

Se asomó un poco, desde donde estaban podían observar sin ser vistos. Una persona aleatoria volvió a pasar por las puertas de salida, dejando ver a gente con cámaras y chicas nerviosas al otro lado.

—¿Es siempre así?— Se voltea hacia él y se sienta a su lado, pero en el suelo. Se veía preocupado, en realidad lo hacía desde hacía un par de horas, pero no estaba segura de querer saber el por qué, así que simplemente pasó del tema y esperó a que respondiera.