Free me | zayn |

Capítulo 60

—Vamos. ¿Eso es todo lo que tienes?

  —Esto no es justo, ¡ni siquiera sé qué tengo que hacer!

Shazia intentó patear el balón, pero por centésima vez, falló. El objeto salió disparada en una dirección completamente errónea, saliendo despedido por la salida que daba a los baños privados del estadio. Soltó un gemido de rabia, mechones de cabello esparcidos en todas direcciones, pegadas a los lados de su rostro por el sudor acumulado.

  — Tienes que patear con el interior del pie, Shaz— repitió Louis, encaminándose al lugar donde el balón desapareció. Ella rodó los ojos. Como si no lo supiera a esas alturas. 

No entendía por qué les había que dicho que sí en un principio, cuando le preguntaron si se animaba a jugar un partido cuando no entendía nada de fútbol. Supuso que era porque se veía tan fácil, y porque les faltaba un miembro para igualar los equipos.

  — No te desanimes, es solo un juego— Andy apretó su hombro cuando pasó por su lado. El mejor amigo de Liam siempre la había intimidado un poco. Era, de manera indiscutible, la persona más alta de toda la gente que había en el tour. Poseía una enorme presencia, y aunque sabía que era inofensivo, no había nada que pudiese hacer al respeto. A veces pensaba que sus instintos estaban un poco desubicados.

  — ¡Cuidado!— Gritó Niall, señalando justo detrás de ella. Mala idea. Aquel gesto hizo que automáticamente se diera la vuelta.

El balón aterrizó con fuerza contra su frente, causando que diese un traspiés. Cuando volvió a abrir los ojos, frotándose la frente que ahora le ardía como si la acabasen d marcar con una yerra, vio a Louis taparse la boca con ambas manos. 

Se temía que más que ocultar un rostro de sorpresa, ocultaba una enorme sonrisa. Quiso asesinarlo en ese preciso momento.

— ¿Ups?— Farfulló, entreabriendo un poco los dedos para hacerse oír.

— ¡Lo has echo aposta!— Podía sentir un enorme semicírculo creándose en la frente.

— Sólo quería mejorar un poco tus reflejos— ¿por qué le sonaba más a pregunta que a respuesta?

Calvin silbó, paseando la vista de uno al otro.

— Si las miradas matasen...

— Perdón, realmente pensé que lo esquivarías.

La morena pateó la pelota con fuerza, ¿cómo iba a verlo si estaba de espaldas? Milagrosamente, esta vez sí se dirigió al lugar deseado, y si el ojizarco no se hubiese apartado justo a tiempo, seguramente se encontrase tirado en el suelo doblado del dolor. Sintió cierto orgullo, y pena, por no haber logrado su propósito.

  — ¡Ese es el espíritu!— Exclamó con una sonrisa burlona, alzando los pulgares en aprobación.— ¡Con decisión!

— Buen tiro — admitió un miembro de su "equipo". 

Tuvo ganas de mandarlos a paseo, pero en vez de eso se mordió la lengua y continuó con el juego sin decir nada. Quizás, y solo quizás, fuese un poco competitiva y se estaba molestando por perder, a pesar de que fuese la primera vez que jugaba aquel deporte y ellos llevasen ya años de práctica. Y que el castaño estuviese de un humor tan latoso aquella tarde tampoco ayudaba.

De hecho se volvió aún más insoportable con ella, robándole el balón cada vez que tenía la oportunidad de chutar, burlándose de su lentitud, gritándole al oído que debía de centrarse. Lo peor de todo eran sus compañeros, que en vez de sentir un poco de empatía se reían cada vez que se picaban entre ellos.