Free me | zayn |

Capítulo 43

—¿Esto es lo que haces en tu tiempo libre?

Escondió el móvil como si estuviese haciendo algo malo, y luego se dio cuenta de que su reacción fue estúpida. Volvió a desbloquear la pantalla y a tipear en ella, sin mirarla al darle una contestación.

—Todo el mundo se hace selfies.

Shazia se situó justo detrás de él, observando lo que hacía. Metió las manos entre las rodillas para aguantar mejor el equilibrio al inclinarse un poco más y burlarse.

— Claro, Mister Narcisista, todos los hombres del universo salen medio desnudos al jardín a sacarse una foto para compartir con más de una decena de millones de fans adolescentes.

—No veo el problema— contestó al mismo tiempo que salía de su cuenta. Le quitó el móvil de las manos.—¡Eh!

—"Estoy colapsando", "lo que quieres es matarnos, gran hijo de puta", "Oh dios mío, ¡Zayn!", "voy a desmayarme"...—El chico sonrió por lo gracioso que sonaba con su marcado acento y exagerado retintín— no me pidas que pare, son muy graciosas— apartó el móvil justo cuando se lo quería quitar, echándole la lengua.

— Eres cruel.

—¿Yo soy la cruel? ¿Quién es el real causante de estas respuestas?

Abrió la boca, pero no se le ocurrió ninguna contestación lo suficientemente ingeniosa.

— Ni un ápice de vergüenza— rodó los ojos, sin creerse la seguridad que tenía en sí mismo. Le tendió el aparato. Él lo tomó y lo desbloqueó, entrando en la cámara y alzándolo hasta volver a verse en la pantalla.

—Ven, hazte una foto conmigo. 

— ¿Estás seguro de querer concederme tal privilegio?

—No seas estúpida. Ven.

Haciendo un gesto de comandante se acercó a él hasta que sus mejillas prácticamente se tocaron. Zayn pasó un brazo a su alrededor, sonriendo de tal modo que su lengua se veía apoyada contra sus dientes y sus ojos se achinaban con la mirada directa en el objetivo, al igual que Shazia con sus grandes ojos verdes y una tímida sonrisa. Tomó la foto.

Al ver la imagen, lo primero en lo que la vista caía era en el vivo color los ojos de ella. No se lo pensó dos veces antes de ponerla de fondo de pantalla, le gustó cómo se veían.

—¿No deberíamos de irnos ya?

Revisó la hora y se dio cuenta que sólo faltaban un par de minutos para que Preston viniera a recogerlos. Se puso en pie y abrochó la camisa que se había sacado mientras tomaba el sol.

—¿Tú estás lista?

Asintió con entusiasmo, feliz de que al fin tuviese la oportunidad de salir y conocer la ciudad donde decenas de personajes había vivido sus aventuras, dentro de sus libros preferidos.

—Para todo lo que se me ponga delante.

Se sentía preparada para lo que pudiese suceder: los gritos, las preguntas, los flashes. Ya lo había sobrevivido en el aeropuerto, ¿no? Zayn le tendió la mano, y entrelazaron los dedos. Cuando salieron al exterior, un Mercedes de ventanas tintadas esperaba por ellos, su guardaespaldas sentado junto a un chófer que ella nunca vio con anterioridad. 

—Allá vamos.

***

 Los ensayos le resultaron curiosos, y estresantes. Tan pronto salieron del vehículo, un par de fotógrafos los rodearon, junto con un par de fans, y preguntaron por ella. Zayn le había dejado sus gafas de sol, y pidió que se soltase el cabello, que llevaba en un moño alto y sencillo mientras la guiaba con el brazo en su cintura. Tras el estrés de escuchar, ignorar y ser prácticamente arrastrada al interior, no hubo respiro. Se dirigieron de inmediato a una sala donde no solo ensayaban canciones y practicaban una sencillísima coreografía como Zayn había explicado en su viaje hacia allá, sino que había más gente del equipo discutía sobre distribuciones, luces, conjuntos de ropa...