Free me | zayn |

Capítulo 9

Se sintió como si le hubiesen dado una patada en el estómago de lleno. Por mucho que lo intentase no podía imaginárselo. Ella le había contado, muy vagamente por el cansancio que sentía y el esfuerzo que le causaba hablar, que huyó de su madre cuando la había obligado a ponerse su vestido de novia, enfureciendo a su padre.

—Al huir pensé que los había despistado, padre es muy lento, y Abdul un maldito gordo cincuentón que sólo sabe comer y mirar a las mujeres con lascivia— su voz salía como un suspiro y las palabras lentas y temerosas. — Pero me tomaron por sorpresa, no tenía escapatoria.

Pasó una mano por debajo de uno de sus ojos, recogiendo una lágrima solitaria. Estaban rojos en irritación por todo lo que estuvo llorando, y por el sueño.

—Lo último que sé es  que caí inconsciente.

El moreno se quedó sentado a su lado, tensando la mandíbula al escuchar lo que a esta menuda muchacha le había pasado con gran rabia fluyendo lentamente por su cuerpo. Si ya se sentía mal por no haber repartido algún tortazo, ahora le resentimiento lo reconcomía.  Sabía que ambas estaban mal, pero de todos modos una cosa era que unos desconocidos la tratasen así, y otra es que su propia familia y "futura" familia la dejasen tan maltrecha. Vamos, ¡era algo que debería de ser llevado a juicio!

Suspiró con fuerzas un minuto después, aflojando la presión con la que cerraba sus puños.

—¿Por qué te ibas a casar con él entonces?

—Yo no escojo con quien casarme, padre lo hace.

Claro, mierda. Tenía que empezar a pensar con ideología islamista si quería entender toda esta porquería. No malinterpretéis, a Zayn le gustaba la cultura... En algunos conceptos, otros, como el machismo, lo aborrecía por completo.

—¿Y por qué él?

—Interés.

Intentó encogerse de hombros, el asunto la afectaba mucho, y no quería demostrar hasta qué punto se sentía mal por ello. Quizás supiera que Zayn no le fuese a hacerle daño, pero seguía siendo un desconocido. No podía simplemente contarle toda su vida de principio a fin. De reojo observó a Zayn morderse el labio inferior con nerviosismo.

—Shazia— la llamó con toda la tranquilidad que pudo, liberando el labio. Si respondía a su próxima pregunta con una respuesta no acertada, seguramente le traería muchos problemas —¿cuántos años tienes?

La morena mostró una pequeña sonrisa que no supo interpretar.

—Hace un par de días cumplí los dieciocho.

Suspiró en alivio. Al menos era mayor de edad. Aunque ese sentimiento no duró más que unos segundos antes de que otra idea lo abofetease de golpe.

­—¿Me estás diciendo que tu padre te obliga a casarte con un hombre que como mínimo te lleva treinta y dos años de diferencia?

—Sí— contestó con voz trémula invadiéndola de nuevo.

No supo decir lo que sentía con palabras, así que prefirió limitarse a asentir con la cabeza, temiendo también desprender su rabia con la persona que menos se la merecía. Sabía de sobra que había gente así por todo el mundo. Pero es distinto una vez te das de bruces con la realidad. Como cuando fueron a África y vieron en primera persona a todos esos niños en el hospital...

—N-no quiero volver, Zayn— al pronunciar su nombre, la voz de Shazia rompió en llanto. — No sé qué hacer.

Observó con pena cómo sus aceitunadas mejillas se mojaban con gotas saladas. Suspiró con pesadez, sintiéndose responsable de todo lo que había ocurrido, se sintió responsable de ella, su inocencia y de lo injusta que había sido la vida. Movió una de las manos apoyadas sobre su regazo, acercándola a ella. Se asustó en un principio, afectada por todo. Lo observó con temor, malinterpretando sus accione por completo.