Capítulo 75

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 — ¿Estás completamente segura?

  — No, por eso he dicho "me lo estoy pensando"— rodó los ojos burlescamente— solo es una idea.

 — Me gusta— asintió— quedaría muy bien— su sonrisa se volvió un tanto lasciva. 

  — No sé si tu opinión cuenta.

— No—concordó sinceramente, encogiéndose de hombros— sólo la tuya. Pero eso no significa que no pueda decir lo que piense, y creo que se vería muy sexy.

— Dijo el estigmatofílico.

— ¿El qué?

Echó la cabeza hacia atrás, soltando una carcajada que dejó al chico aún más confuso.

—Sigue siendo tan solo una idea, Zayn. Además, seguro que duele mucho.

—Apenas.

— Estoy bastante segura que tras tantos tatuajes tu cuerpo ha desarrollado algún tipo de inmunidad, Zayn.

Además— continuó, ignorando el comentario— las mujeres tienen mucha mejor tolerancia al dolor.

— Somos diosas— sonrió pícaramente, estudiando el paisaje por la ventanilla.

— No hace falta ni mencionarlo en voz alta— se mordió el labio, pensativo, pero sin apartar la vista de la carretera, manos fijas en el volante— pero hablo en serio, Shaz. Si llegas a decidirte, conozco a muy buenos profesionales.

— Mejor dejemos este capítulo en "continuará", ¿sí? Parece que hemos llegado— Harley ladró desde su lugar en el maletero tras la red protectora, entendiendo la última palabra a la perfección.

En efecto,  lo habían hecho. Zayn aparcó el vehículo en un pequeño y aislado aparcamiento. Salió disparada del coche, e ignorando la llovizna que le humedecía el rostro, giró sobre sus talones. Observó el paisaje, respirando el fresco aire que azotaba las mejillas, salífera esencia impregnándole las fosas nasales. Al mismo tiempo Zayn abría el maletero, enganchando la correa al animal que tuvo que aguantar por el collar antes de que saltase antes de tomar los chuvasqueros y mochila que había guardado para la ocasión. 

  — Ponte esto.— Le tendió el impermeable amarillo, quedándose con el verde militar para sí mismo.—No creo que el tiempo mejore.

 Tras vestir  las plastificadas prendas, comenzaron a desencaminar el paseo que daba a la playa. Harley caminaba con obediencia a su lado, sin tironear histéricamente como habituaba hacer gracias a la muy inteligente decisión de haber contratado a un profesional a que lo ayudase tras el incidente en la cocina. Ahora ya casi habían terminado con el adiestramiento y el cambio en ella era notorio. Seguía siendo un saco de nervios, pero al menos distinguía lo que estaba bien de lo que estaba mal.

Era una mañana húmeda, el cielo era de un gris claro por todas las nubes que lo cubrían, reflejando el mismo color en el infinito mar intensamente. El sonido de las olas se mezclaba con el graznido de las gaviotas y el viento siseando entre las pequeñas dunas formadas al final de la playa. Eso era exactamente en lo que Shazia se centraba mientras los tres se adentraban en la playa calzando unas botas de agua.

  — Esto es terapéutico.

El chico asintió, concordando con ella. Entrelazó su mano libre mano con la suya mientras se acercaban más a la costa, donde las olas rompían sin mucha agresividad. Decidieron que pasarían aquel sábado buscando cosas de temática marina para la futura cantina que Zayn quería crear en viejo el trastero del jardín. Los carpinteros ya habían empezado a arreglar un par de cosas y creando la barra y estanterías que irían en el interior, pero seguían faltando cosas, elementos que según Zayn, definiría la temática. Tenía la estética perfecta grabada en su cabeza y abocetada en un cuaderno.

Free me | zayn |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora