Free me | zayn |

Capítulo 24

*Aviso. Nota de autora larga. Pero por favor, leerlo, es importante.

Hoy quería hablaros de un tema bastante hablado últimamente, y bastante preocupante. Sobre todo porque se habla mucho sobre esto, y no quiero que os confundáis con nada de lo que haya escrito aquí ni lo malinterpretéis.

Espero saber explicarme...

El caso es que, éste es un tema de gran polémica que lleva años y años entre nosotros, pero que hasta hace poco, con lo del atentado en París, se había dejado de lado, ¿por qué? Porque como no nos afecta directamente, ponemos la otra mejilla y hacemos oídos sordos, pero bueno, ese es otro tema. De lo que realmente quiero hablaros es sobre la discriminación que hay contra los musulmanes, la manía que hay de pensar que son todos unos terroristas.

¡No! ¡No lo son! Los musulmanes son personas como nosotras, tienen una religión, y la practican pacíficamente. Los que crean estos atentados como el que fue el de Charlie Hadbo, o lo de Nigeria, son los islamistas radicales, los que quieren extender el Islam por todo el mundo, con grupos horribles como lo es Isis, por ejemplo. El problema son ellos. Sí, son musulmanes, pero radicales. Matan y hacen desastres. Pero miradlo así, radicales los hay en todas las religiones. Si no, ¿qué sin todas estas sectas que hay en España misma, un país católico, en general?. Tampoco son santos, eh. Y como digo España digo Estados Unidos, cualquier parte.

Lo que quiero decir con esto es que desgraciadamente hay gente que no diferencia. Y antes de crear un problema con esto, ya que mi novela trata sobre el islamismo, es aclarar que yo no trato temas como el radicalismo, quizás los mencione, pero no espefico nada. Yo solo creo una historia porque me gusta, y a la vez trato de un tema que se da EN TODO EL MUNDO, aunque en estos países sea con un porcentaje más elevado. Podría hablar del machismo y cosas como estas en Pakistán como lo podría hablar en España o en yo qué sé, Australia. Discriminación, racismo, machismo, abuso y cosas como estas, desgraciadamente, los hay en todas partes. El mundo es desigual y cruel.

Sí, admito que hay facetas en la religión musulmana que no me gustan, pero vamos, tampoco me gusta el cristianismo, el catolicismo, los protestantes... La religión en sí. Soy atea, eso es bastante claro. Nací atea y me temo que moriré, a no ser que algo realmente grande me pase (como Dios llamando a la puerta de mi casa), atea. Pero eso no quita la tolerancia, y aceptar que hay gente que sigue siendo religiosa, hay que saber convivir, coño. Miradlo de este modo: es como si fuéramos a pelearnos un bando y otro porque a unos les gusta el rosa y a otro el azul. Las cosas NO funcionan así. Si no creo en Dios, no lo hago y punto, pero también debo tolerar a la gente que aun lo hace. Puedo discutirle y dar mis razones, pero no faltar al respeto, y mucho menos matar.

Por eso digo que antes de juzgar, hay que saber bien de lo que se está hablando. Sólo quería dejar este punto claro, así que espero no haberme saltado nada y haber sido, por lo menos, un poco comprensible.*

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 Se removió incómodamente, girándose sobre el colchón de manera brusca, llevó la almohada a la cabeza para ignorar el incómodo, latoso y lejano sonido. Cesó, e inmediatamente relajó el ceño que había fruncido inconscientemente. Medio dormido, a punto de volver a caer en la inconsciencia del sueño, justo en el momento clave, el sonido volvió a envolver el cuarto, irritando extremadamente a Zayn. Suplicó por que se callase de una vez, pero por cada repetición del tono, más difícil era ignorar.

Malhumorado se tumbó boca arriba, llevándose las manos a los ojos a la vez que de su pecho salió algo parecido a un gruñido de disgusto. Se los frotó, arrastró las sábanas al otro extremo de la cama y de mala gana se encaminó al otro extremo de la habitación, donde había dejado el móvil la noche anterior. Lo desconectó del cargador, desbloqueó la pantalla y en ésta apareció el aviso de tres llamadas perdidas. Antes de poder mirar de quién se trataba, hubo otra llamada entrante.