Capítulo 83

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 No sabía cómo había terminado ahí, bajo el mismo árbol del cual  una vez habían aprovechado su sombra en pleno verano. Definitivamente no había sido la mejor idea del mundo, tanto por los recuerdos punzantes como por el frío calándole en los huesos por enormes goterones de agua empapándole la ropa. Hacía un tiempo de perros, y juraba poder escuchar truenos a lo lejos. 

Desearía poder volver a casa, tomar una ducha caliente, ponerse ropa cómoda y que la abrigase. El problema es que ya no era tan fácil... Y tampoco encontraba el coraje para levantarse y enfrentarse al problema que la esperaría en casa. Tenía miedo de lo que pasaría ahora, de cómo continuaría su vida desde aquel momento.

Seguía sin entender qué demonios había pasado. Zayn la había echado de casa. No literalmente, pero quería que se fuese y lo dejase solo. Había roto con ella, hasta donde su mente podía procesar.

"Ya no."

Su corazón se había roto en mil pedazos.

Estaban tan bien... De maravilla. No podía entender cómo tras cada momento que vivieron juntos, cada aventura, habían terminado tras una conversación de diez minutos. Habían vivido prácticamente de todo juntos, ¿e iban a terminar porque Zayn no quería compartir lo que fuese que le pasaba? No tenía sentido para ella.

Lo peor de todo es que no podía estar enfadada con él, a pesar de todo, si ahora mismo apareciese por el estrecho camino de tierra y le suplicase por su perdón se lo daría en antes de lo que canta un gallo. Besaría cada trazo de piel en su rostro diciéndole que todo estaba bien, que encontrarían una solución, alentándolo.

No iba a negar que se sentía traicionada por haber besado a aquella chica, pero a esas alturas ese era el mínimo de los problemas. Todo el mundo comente errores, y aunque no lo hubiese dicho en voz alta se daba cuenta de que aquello se dio como resultado de lo que estaba pasando dentro de aquella cabeza, aquellos pensamientos que no quería compartir con nadie.

Estaba intentando con todas sus fuerzas averiguar cuál era el maldito problema, recordar en qué momento las cosas fueron mal, pero no podía recordar nada destacable. Simplemente fue cambiando, sin razón aparente o visible, no para sus ojos.

Su mirada era tan fría, vacía como cuando miras el océano desde fuera, sin pensar en toda la vida que hay dentro de ella. Y su comportamiento, tan... Automático. Era como si hubiesen succionado su personalidad. Y lo peor era que no sabía cómo podría recuperarlo. No quería darlo por perdido. Lo quería demasiado como para darlo por perdido. El problema era qué, cómo, cuál era la solución.

Sollozó fuertemente, sorbiendo por la nariz y Harley lloriqueó a su lado antes de soltar un solitario ladrido. Había salido corriendo con ella cuando se dio a la fuga, ladrando desesperadamente mientras corría a su lado tras colarse por la puerta. 

Al menos había alguien que aún la quería a su lado, pensó.

El animal puso una pata sobre su regazo, llamando su atención antes de tumbarse medio recostada sobre ella. La abrazó con fuerza, ambas completamente empapadas. Ignoró el fuerte olor de su pelaje, porque era la única fuente de calor que tenía ahora mismo.

—No sé qué hacer— musitó entre hipos.

—¡Shazia!— Gritó alguien.

Solo pudo ver una figura corriendo en su dirección por la tempestad, pero cuando las facciones de Lynn se hicieron suficientemente visibles para reconocerla, sintió alivio de que estuviese ahí a la vez de querer que se diese la vuelta.

 Estaba cubierta por un impermeable, y su mirada relucía completa preocupación.

— ¿Qué haces aquí? ¿Cómo supiste dónde encontrarme?

Free me | zayn |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora