Capítulo 28

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Shazia lanzó una mirada desconcertada, perdida. No sabía si es que había escuchado mal o si el chico de ojos brillantes situado justo en frente suya le estaba gastando una broma. Pero todo en él parecía emitir demasiada seriedad para ello: gruesas cejas ligeramente fruncidas, los ojos aún húmedos por el reciente espectáculo, labios apretados, casi desapareciendo bajo una recta línea.

No, esto tenía que ser algún tipo de broma de mal gusto. Zayn no podía estar ofreciéndole tal oportunidad con tanta calma, como si lo que le estaba contando es que seguramente se ponga a llover en un par de horas. No podía estar diciéndole que lo quería cerca de él, en su misma ciudad, tras conocerse por tan solo tres semanas. Nada de esto podía ser cierto, algo debía de estar mal.

Simplemente no entraba en su cabeza que pudiese ser cierto, que estuviera ofreciéndole el dejar la ciudad en la que nació y creció con menos de cuatro palabras. Cambiar dieciocho años de vida gracias a cuatro cortas y precisas palabras.

Vente conmigo, a Londres.

¿Podría eso ser acaso posible? Por una parte que se hiciera a sí misma esa pregunta le parecía estúpido. ¿Qué no has hecho ya a estas alturas, Shazia? ¿Acaso estabas viviendo tu vida cotidiana estas últimas semanas? ¿Qué más dará un lugar que otro? ¡Será una nueva aventura! ¡Y él estará a tu lado! Eso es lo que la lógica y su parte guerrera le gritaba, pero su fracción más crédula, la que era tan tozuda pero a la vez de muy baja estima, le susurraba una cosa muy distinta. Aquella,machacada y torturada por los múltiples golpes y gritos de su niñez le decía que era peligroso, ¿qué conocía de aquella enorme y famosa ciudad? Mucho, pero a la vez nada. Sólo lo que los libros le contaba. ¿Cuánto de eso llegaría a ser cierto?

—Estás loco— confirmó, como si fuera algo obvio— se te ha ido la olla por completo.

Su rechazo fue como un puñetazo en el estómago, quitándole el aliento e hiriéndolo considerablemente. Sus ilusiones se desparramaron, extendiéndose por toda la sala como cuando dejas caer una bolsa llena de arroz y ruedan y saltan por toda la estancia.

Por un minuto se había creído que iría con él, que dejaría todo este horrible pasado atrás, que estaría dispuesta a intentar algo nuevo lejos de todo lo que Shazia más temía. ¿Por qué no querría hacerlo? ¿Alejarse de todo lo que detestaba? Ella misma lo había dicho días atrás. Desearía abandonar este lugar, irse lejos y vivir una vida donde ella misma pudiese escoger qué ser y cómo vivir.

—Vaya— sonrió quedamente, sin humor alguno— un sencillo no hubiera dolido menos, ¿sabes?

—¿Qué?— Preguntó, descolocada— ¡no! No me refiero a eso.

—Entonces, ¿qué quieres decir?— Demandó, sentía una mezcla de vergüenza por el rechazo, y enfado, pero con él mismo, por haberlo soltado de sopetón y sin filtros. Quizás si hubiese sido más sensible y sutil...

Shazia lo miró directo a los ojos con mil cosas que decir, todas demasiado complicados para la simple comunicación de "mirada a mirada". Sin ganas de discutir aquello de pie tomó asiento en el sofá, que se encontraba a un par de pasos de distancia. Zayn la siguió, dejándose caer a su lado sin mucho ánimo, esperándose cualquier excusa con la que ella se buscaría su propio camino, lejos de él. Si aquel fuera el caso, no dudaría en ofrecerle toda la ayuda que necesitase. Dinero, ánimos, un billete de avión, un castillo europero a la costa mediterránea... Cualquier cosa.

—Lo que quiero decir es eso. Estás loco— repitió. Zayn seguía sin comprender nada. Meditó sus palabras antes de expresarse, sin saber bien cómo explicarse decentemente— estás loco por querer cuidar de mí, hacerme viajar contigo sólo porque sientes el deber de hacerlo, de darme una oportunidad en un lugar distinto. Pero no tienes nada que hacer nada de esto, Zayn, sé que tu vida es lo suficientemente complicada sin mí como para ser añadida en tus planes, sólo te haré la existencia más complicada con todos mis problemas y dificultades.

Free me | zayn |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora