Capítulo 20

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Me estremezco desde mi lugar, alzo mis brazos para ir estirándome de a poco, bostezo, luego froto las palmas de mis manos en mis ojos y me quejo. A mi lado siento movimiento, abro mis ojos de a poco y observo ese cabello ondulado y alborotado, un gruñido más lleno de enojo y queja porque si, efectivamente hay bulla alrededor de nosotros.

–Buen día, luciérnaga –Balián esboza una sonrisa, le emito, acaricio su nariz con la mía.

–Buen día, Yeti, sabes, me encanta despertar contigo a mi lado –acerca su rostro un poco y besa mis labios.

–Primitos, no hagan cosas de mamá y papá, estoy aquí, presente –Balián gruñe y se incorpora, gracias a Dios tengo su suéter puesto.

– ¡Lo sabemos, Hugo! –me incorporo de igual modo, la luz del sol por la mañana ilumina todo el lugar, observo a Hugo, está en la cocina, huele delicioso. –Debido a que has interrumpido nuestro sueño, debes darnos de tu desayuno.

– ¡Claro que sí! –dice entusiasmado, sonrio. –Les gustara tanto que, querrán repetir.

– ¿Eres bueno en la cocina?

–Y en otras cosas más intensas, primita Grace –me guiña, bufo y dejo que Balián se levante de su enorme sofá y se encamine donde se encuentra Hugo, yo los veo desde aquí. –Noto que han utilizado esa misteriosa habitación, ¿No?

– ¿Entraste? –pregunta Balián, el rubio le sonríe.

–No, pero sé de qué va, es muy obvio, suelo hacer ese tipo de jueguitos previos también.

– ¿Acaso es algo familiar? –se ríe un poco, decido unirme a ellos, gracias a que el suéter de Balián me queda algo grande, me cubre lo suficiente. –Bajhor, Balián... –me sonrojo un poco, espabilo las imágenes de anoche. –Tú, ¿Quién más?

–Quizás Bahil –se encoge de hombros Balián, le miro fijo. – ¿Qué?

– ¿No es muy joven para eso? –Hugo ríe un poco.

–Grace, eso del sadomasoquismo se ha vuelto algo muy usado últimamente, creemos que no somos los únicos con mente abierta, pero lo cierto es que, se disfruta y es placentero, me sorprendería saber que a alguien no le guste eso.

–A Pierina no le gusta –el rubio alza la mirada, me mira fijo, enarca una ceja. – ¿Qué? Es cierto, ni siquiera tolera leerse un libro de romance erótico, no le gusta Christian Grey, dice que no es de su gusto eso del sado, yo, lo veo interesante.

–Pero escúchate dulce Grace, quien iba a creer que fueras tan mente abierta para ello –chiteo e intento no ruborizarme, observo a Balián, tiene una sonrisa bobalicona, le doy un leve golpe en el hombro.

– ¿Qué luciérnaga? Debo aceptarlo, me gusto todo lo que hicimos anoche.

– ¡Balián Meré! –se ríe junto a Hugo.

Por Favor, Dame Lo Que Te Pido ·Saga Por Favor #2· ★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora