Capitulo 8

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Estoy en un vaivén por todo el apartamento, buscando mis cosas, voy quince minutos retrasada y todo por culpa de Pierina, quien no hizo más que preguntarme todo lo que había hecho el día de ayer y su borrachera.

No encuentro mi móvil, no sé dónde carajos fue a parar y ya estoy que me doy por vencida, llamé a mi número, pero luego recordé que lo tenía en modo silencio y ahora si se me va hacer muy complicado encontrarlo en el apartamento. Me decido por ya irme y con la voz alta le dejo saber a mi compañera –quien no va a trabajar–, porque la resaca esta afianzada a su organismo y decidió dormir todo el día, que me iré y que si puede busque mi móvil.

Tomando mis cosas, salgo con prisa y tomo el ascensor, para mi buena suerte, no estaba tan alto y ya dentro presiono el botón para ir a planta baja y ya largarme a la empresa. Debo tomar un taxi, mi coche aún está en el taller y esa es otra cosa que debo resolver el día de hoy, esto de pagar taxis no me esta resultado y la verdad es que necesito de mi coche cuanto antes.

Caminando con toda la rapidez que puedo, le dejo un corto saludo al vigilante del edificio y al salir la brisa me da con todo. Observo un taxi y gritándole para que se detenga, es un intento fallido, me detengo abruptamente y segundos después, el sonar de una corneta llama mi atención y volteo a un lado.

Me toma por sorpresa ver el coche de Balián a una distancia no tan larga y haciendo sonar la corneta una y otra vez me acerco sigilosamente y la ventana de la puerta del copiloto es bajada.

– ¡Sube! –frunzo el ceño. –Grace, sube... –me inclino un poco le miro.

–No tienes mucha cara de ir a la empresa.

–Y no iremos.

– ¿Qué? ¿No iremos? Suena a manada, Balián.

–Sube o yo bajare del coche y te subiré, quieras o no –chiteo y niego. –Por favor, Grace, sube al coche.

El mismo se inclina de este lado y abre la puerta por mí, dudosa –muy dudosa– para ser sincera, subo al coche, le miro de lleno y algo en su gesto me deja saber que claramente está pasando algo.

– ¿Dónde iremos?

–Cualquier lugar.

– ¿Dónde queda eso? –una risita ronca brota de su parte y este comienza a manejar. –De verdad, Yeti, ¿dónde vamos?

–Necesito escapar por un rato, ¿tú no has tenido días donde quieres escaparte?

–Sí, pero tengo responsabilidades, al igual que tu –este se detiene en un semáforo en rojo y voltea a verme de lleno.

–Hay veces, donde debemos ser un poquito irresponsables, Grace, vivir el día a día, ¿Qué nos quedara para el futuro? ¿Solo recuerdos del trabajo? –no digo nada. –Necesitaba escapar, pero no quería hacerlo solo, quería que fuera contigo, y pedí tanto porque no te hubieras ido aun a la empresa, te marque, pero...

Por Favor, Dame Lo Que Te Pido ·Saga Por Favor #2· ★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora